Señor vicepresidente, usted es abogado y además doctor en derecho, pero aún así ha tratado de justificar lo injustificable de la forma más impresentable. Años atrás usted mismo ha asegurado que la reelección presidencial está prohibida por la Constitución de la República, pero el año pasado cambió de opinión y dijo que la reelección está permitida tras haberse encontrado un “artículo perdido” de la Constitución –muchos seguimos a la expectativa de saber cómo encontró usted tal artículo–, y este año ha dicho que la reelección efectivamente está prohibida pero un segundo mandato no. No lo negaré, esta “cantinflada” suya es graciosa, pero el fondo del asunto es impresentable. Repito, impresentable.
***
La desesperación por la sed de poder deja en evidencia la torpeza de cualquier individuo en tal situación. Estoy convencido de que para la comunidad jurídica de El Salvador es notable la incoherencia que hoy emana desde la vicepresidencia de la República. Pero más allá de esta situación, lo verdaderamente lamentable es que la única tarea que ha desempeñado el vicepresidente –además de realizar algunos viajes para representar a El Salvador– es crear un proyecto de reforma a la Constitución, y tomando en cuenta todos los elementos expuestos, surgen severas dudas de la capacidad del vicepresidente para liderar una reforma a la carta magna, digo, por aquello de esconder artículos.
Aunque es frustrante y lamentable esta postal que el señor vicepresidente ha suscrito para la historia de nuestro país, es importante que nos sirva como recordatorio: la reelección presidencial es completamente inconstitucional. No importa qué malabares y piruetas pretendan inventarse, la reelección es ilegal, y si desean ejecutarla hasta el final, la historia les hará asumir las consecuencias de tales acciones ilegales. Digan lo que digan, hagan lo que hagan, ha quedado constancia de sus acciones impresentables.
Hoy son “cantinfladas” y “artículos escondidos”, ¿con qué nueva mentira o ridiculez saldrán mañana cuando busquen reformar la Constitución? Estás son acciones que ratifican el autoritarismo y abusos desmedidos de este gobierno. Su ruta hacia una dictadura es clara, de manual. Cuando escuchamos declaraciones como las que ha dado el señor vicepresidente, nosotros, la ciudadanía, quedamos advertidos de lo que ellos están dispuestos a decir y hacer con tal de mantenerse permanentemente en el poder.
En El Salvador no hay garantías de nada desde el primero de mayo de 2021, ¿qué institución pública le cuestionará algo al vicepresidente? Aunque nos resulte impresentable el comentario del vicepresidente, quedará impune. Pero hay tres instituciones que no quedarán impunes, al menos la historia no debe dejar que se salgan con la suya: la primera institución será el partido político que inscriba la candidatura presidencial ilegal, la segunda será el Tribunal Supremo Electoral, si decide inscribir tal candidatura, y la tercera la Corte de Cuentas, por si le da luz verde a la ilegalidad que representa la reelección presidencial. Insisto, será la historia la que permitirá que las cosas caigan por su propio peso.
A la ciudadanía nos queda claro que quienes buscan perpetuarse en el poder cambian sus opiniones y argumentos a conveniencia de sus intereses. No importan los títulos ni la trayectoria profesional, el señor vicepresidente lo demuestra en sus declaraciones, prefiere justificar lo injustificable sin importar cuán patético es el argumento que se saque por debajo de la manga. Impresentable.
Presidente de Nuestro Tiempo