En la fiesta privada en el salón de honor de Casa Presidencial, en cadena nacional el Presidente anunció su postulación como candidato a la presidencia de la República para el período 2024/2029, lo cual fue recibido con aclamaciones de los cyan presentes, con puños alzados gritando ¡reelección!, más apropiadas para un mitin en una plaza pública que en la residencia del primer mandatario.
Las justificaciones del futuro candidato fueron varias, aunque ninguna se apegaba a la verdad. ¿Por qué cambiar si vamos en el camino correcto? Estamos viviendo por primera vez en libertad. No ha habido independencia en los 200 años anteriores. Y la nueva historia que está escribiendo, tras cambiar el Escudo, es matar el patriotismo y anular la celebración de la Independencia. “Quitad a un árbol sus raíces y será juguete de todos los vientos”, frase demoledora de un pensador francés que aquí se está cumpliendo.
Leyó una lista de países del Primer Mundo que permiten la reelección presidencial. En cambio, todas las naciones que la prohíben son de países en vías de desarrollo. La respuesta es evidente, se cae de su peso. En los países desarrollados y con altos niveles de cultura se respetan las leyes y se venera la Constitución, que autoriza al mandatario a reelegirse, en la certeza de que luego de su segundo mandato se despedirá del poder. Porque existe un sistema de pesos y contrapesos, un parlamento, con una o dos cámaras, y un sistema de justicia donde los jueces han sido elegidos, por su experiencia y probidad, que harán caer todo el peso de la ley sobre quien se atreva a atentar contra el estado de derecho.
En cambio, en los países del Tercer Mundo la historia ha demostrado que al llegar al poder, muchos deciden mantenerlo indefinidamente para seguir disfrutando de los beneficios del sistema corrupto que acompaña esos mandatos. Y ha sido una práctica tan común que las constituciones de estos países establecen, en más de un artículo, la prohibición terminante de la reelección. Hasta en 7 artículos como en la nuestra, que se llaman Cláusulas Pétreas, para indicar que son inamovibles y no pueden ser jamás modificadas ni suprimidas.
El panorama actual confirma lo anterior. Porque quienes hoy ostentan los más altos cargos de la República, cuando aún no habían disfrutado de las mieles del poder, de la manera más enfática criticaron la reelección, con razones tan nobles como que en su larga trayectoria y al final de su vida, jamás se atreverían a aceptar la reelección presidencial. La comunidad internacional unánimemente ha rechazado este atentado contra la Constitución que ambos mandatarios juraron cumplir y hoy se les tilda de hipócritas. La maniobra propuesta es que el mandatario renunciará a la presidencia 6 meses antes, para convertirse en candidato. Pregunta: ¿En ese tiempo pierde el fuero que lo protege?
Aunque este proyecto lo tenían fríamente calculado pues desde que asumieron tan altos cargos, comenzaron a preparar este golpe a la democracia. La mayoría de diputados NI en la Asamblea debutó destituyendo a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al Fiscal General elegidos democráticamente y sustituidos por otros sumisos al Ejecutivo. No puede ser de estricto cumplimiento una sentencia de los magistrados impuestos que autoriza la reelección. Así de falsas son las bases en que se apoya la reelección presidencial en un burdo intento de ignorar las cláusulas pétreas. En los países democráticos, los funcionarios son los primeros en cumplir fielmente la Constitución para dar ejemplo a los gobernados. Los salvadoreños, con la ayuda de Dios, jamás vamos a permitir que se mancille nuestra Carta Magna.
Maestra.