Luego de exponer la historia y ventajas del puerto Cutuco en dos artículos anteriores, es hora de que los habitantes de La Unión, ojalá apoyados por todos los de oriente, desarrollemos acciones sin violentar la ley, para que se nos escuche otorgándonos la importancia que merecemos. Utilicemos medidas que sirvan como vectores para llegar a los representantes de nuestra ciudad y demás departamentos en la Asamblea Legislativa, así como en CEPA y Marina Nacional, con el propósito de que se presente una iniciativa de ley y que se concesione de una vez por todas el Puerto de La Unión Centroamericana según su concepción inicial, además de promover las áreas extra portuarias con todos los servicios de una terminal marítima de primer mundo, logrando así salir del estado deprimido y anquilosado en el que se encuentra toda la región oriental.
Créanme que si nosotros, el pueblo, unidos a las autoridades locales, no despertamos el amor, valor y respeto por nuestra ciudad y puerto, nadie lo hará.
Hermanos de La Unión: les digo, les pido, les exijo luchar pacíficamente por nuestro Golfo y Bahía, ciudad y puerto, por una calidad de vida más digna ya que somos excelentes anfitriones y buena gente, sumado a nuestras inigualables playas, majestuosos volcanes y exquisita gastronomía.
También en honor de la verdad y con tristeza debo aceptar que a raíz de la desigualdad en la que históricamente se ha tratado La Unión en comparación a otras cabeceras departamentales, por los gobiernos de turno, sumando la falta de liderazgo, nuestro terruño se deteriora exponencialmente. Estamos viviendo una situación de anarquía local agravada por la apatía de la mayoría de los habitantes ya que no existe orden ni autoridad que controle este caos.
El único muelle municipal para el turismo está destruido y sin mantenimiento, ya no hay aceras ni calles libres en el centro de La Unión, están ocupadas por pequeños emprendedores independientes, la mayoría informales, que realizan actividad debajo del inclemente sol, arriesgando su salud; la recolección de los desechos sólidos ha bajado su capacidad y efectividad a más del cincuenta por ciento y hay promontorios de basura por todos lados; los tragantes rebalsan de lixiviados, el Mercado Central no cuenta con todas las medidas de salubridad; hasta esta fecha no existe el mercadito de los mariscos; el cementerio general colapsó hace mucho tiempo y para terminar con algunos ejemplos la Bahía adyacente al frente de playa está contaminada, produciendo mal olor y evitando la pesca artesanal.
Por lo anterior expuesto y a falta de un pronunciamiento de parte de las autoridades competentes, en mi calidad de médico salvadoreño esperaría ver una declaratoria de emergencia sanitaria.
Ahora, como un simple ciudadano salvadoreño nacido y crecido en La Unión, solicito ayuda para tener una ciudad más limpia y ordenada y ver operar el puerto.
Concluyo negándome a aceptar que La Unión continúe en este mismo statu quo.
Oriente tiene valor…
Médico