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Innovación y agricultura familiar

De acuerdo con el informe de la FAO, los “esfuerzos públicos para promover la innovación en la agricultura deben centrarse en proporcionar investigación, asesorías, infraestructuras e instituciones de mercado inclusivas”. Y pone de ejemplo la investigación agrícola aplicada a cultivos, especies de ganado y prácticas de ordenación importantes para los pequeños agricultores, como “un bien público” al que debería otorgarse prioridad.

Por Ondina Ramos
Ingeniera en Alimentos

La agricultura familiar debe volver a ser un objetivo prioritario para El Salvador. El desafío es que la agricultura familiar sea un sector capaz de competir en mercados cada vez más abiertos y exigentes. Una de las alternativas para avanzar hacia ese objetivo pasa por la innovación.

En una coyuntura que cambia con rapidez es fundamental innovar constantemente. Por ejemplo, la población rural vulnerable lo hace cada día: su supervivencia depende de ello. Pero si no cuentan con las capacidades, los activos y el acceso necesarios para los mercados, la información, las redes y los conocimientos, la posibilidad de llevarlo a cabo de una manera que les permita salir de la pobreza es escasa. En su gran mayoría las innovaciones se han dirigido en especial a las personas que representan a un mercado comercial, los pobres de las zonas rurales son quienes más probabilidades tienen de quedar excluidos de estos procesos.

Muchos pequeños y medianos agricultores han logrado sobrevivir con relativo éxito y, en algunos casos, creciendo. Aún existen algunos segmentos que han sorteado los obstáculos o han logrado crecer y otros que permanecen en la pobreza, pero todos arrastrados por un estancamiento o crisis. Muchos productores, de hecho, han decidido vender sus tierras o buscar empleo fuera de sus comunidades para obtener ingresos y tratar de palear la pobreza.

En esta realidad es que la productividad y la innovación deben volver a ser temas relevantes para el desarrollo de políticas públicas. Dado el escaso margen para aumentar de manera significativa la dotación de tierras, el acceso al agua y otros factores, la innovación es una de las pocas opciones que les queda a los pequeños agricultores para adaptarse a mercados cada vez más abiertos. Se necesita con urgencia incorporar nuevas tecnologías, crear nuevos productos, mejorar los procesos, aprovechar mejor los recursos, explorar nuevos mercados, cambiar las estrategias de comercialización o renovar las formas de organización. No importa en qué nivel o momento se intervenga. Tampoco importa la magnitud del cambio, si son grandes o pequeñas innovaciones. Lo que importa es que sea significativo respecto a lo que ya existía o lo que se hacía en un determinado contexto y que se incorpore como una práctica permanente de los actores productivos.

La innovación también tiene relación con el uso de métodos y técnicas para un manejo racional de los recursos y el desarrollo de una agricultura ambiental sustentable. Cerca de la mitad de los pequeños agricultores aplica algún método para recuperar los suelos y una proporción similar cuenta actualmente con medios para almacenar agua. El riego tecnificado es un poco menos común, la mayoría tampoco aplica algún tratamiento a los residuos o toma medidas para optimizar el uso del agua.

Los nuevos escenarios climáticos están afectando severamente a las familias agricultoras, por ello es necesita trabajar de forma integrada para minimizar los efectos y las consecuencias sociales de estos cambios. La desigualdad y la pobreza requieren soluciones y modelos creativos para adaptarse a la variabilidad climática y a los cada vez más frecuentes acontecimientos extremos como sequías e inundaciones, entre otros.

Entre los más afectados por el cambio climático están los agricultores familiares quienes suelen trabajar en condiciones precarias y tienen menos acceso a recursos técnicos, financieros y de conocimiento.

Si es posible salir adelante mediante el fortalecimiento de las capacidades de los agricultores familiares, la integración de los pequeños productores a las cadenas de valor y la promoción de políticas públicas dirigidas a impulsar la realización de estudios de innovación en el campo y a enfrentar los desafíos del futuro.

De acuerdo con el informe de la FAO, los “esfuerzos públicos para promover la innovación en la agricultura deben centrarse en proporcionar investigación, asesorías, infraestructuras e instituciones de mercado inclusivas”. Y pone de ejemplo la investigación agrícola aplicada a cultivos, especies de ganado y prácticas de ordenación importantes para los pequeños agricultores, como “un bien público” al que debería otorgarse prioridad.

Para asumir las innovaciones en la agricultura es necesario conocer a fondo los problemas de los productores, realizando investigaciones agrícolas, analizando la relación insumo/producto y desarrollar una política agraria integral. Pues, al adoptar una innovación, el productor aporta efectos e impactos en el ámbito social y económico.

Ingeniera.

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