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Cultivando el futuro: huertos comunitarios

Las escuelas también puede ser un buen lugar para crear un huerto urbano que, más allá de permitir hacer algunas cosechas, se convierta en un recurso educativo para abordar diferentes contenidos.

Por Ondina Ramos
Ingeniera en Alimentos

Avanzar hacia la sostenibilidad alimentaria requiere que asumamos mayores compromisos tanto individuales como colectivos sobre la producción de alimentos. Un huerto urbano en maceta a una pequeña huerta comunitaria pueden ser el principio de un proceso de transformación importante y necesario.

Para hacer frente al cambio climático debemos reconsiderar la forma en que producimos nuestros alimentos en el camposalvadoreño. Los desafíos a los que nos enfrentamos son la creciente escasez y la degradación rápida de los recursos naturales, en un momento en que la demanda de alimentos aumenta cada vez más. Es en este punto donde entra en juego la agricultura sostenible y sustentable, dos enfoques fundamentales que buscan equilibrar la producción con la conservación del medio ambiente.

La agricultura sostenible se enfoca en mantener la productividad a largo plazo sin agotar los recursos naturales. En nuestro país, esto se traduce en prácticas como la rotación de cultivos, el uso eficiente del agua y la reducción de la dependencia de agroquímicos. Y la agricultura sustentable se centra en satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras generaciones. Se manifiesta en la protección de la biodiversidad, la preservación de semillas nativas y el fomento de la agricultura orgánica. Ambas son vitales para enfrentar los desafíos ambientales y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo en El Salvador. Así, ante los retos de un sector primario que demanda inclusión y generar políticas, programas y acciones estratégicas que busquen preservar la vida y generar condiciones de desarrollo para la agricultura, la ganadería y la pesca, así como transitar hacia la autosuficiencia alimentaria del país.

A medida que enfrentamos desafíos globales como el cambio climático, la escasez de recursos y el aumento de la población, la agricultura sostenible se ha convertido en una necesidad urgente. 

Una medida a corto plazo para fomentar la agricultura es el cultivo en casa, en la comunidad o en la escuela, este es un pequeño pero importante paso para evitar los problemas que ocasiona la agricultura intensiva en la actualidad, es el cultivo de parte de tus alimentos. Además de la satisfacción por comer algo que has sembrado, cuidado, hecho crecer y que te permitirá redescubrir los sabores de un tomate, un rábano o una lechuga, implicarte en el cuidado de un huerto es un primer paso en la transformación necesaria hacia la sostenibilidad alimentaria.

Cuando se asumen como un proyecto a largo plazo, los huertos urbanos pueden llegar a ser una vía para el autoconsumo de alimentos. En cualquier caso, aunque nuestra producción no sea suficiente el aprendizaje acerca de la producción de alimentos orientará nuestras decisiones hacia el consumo local y de productos de temporada.

La instalación de un huerto, por pequeño que sea, es un proceso de aprendizaje constante que nos permite adquirir o recuperar conocimientos y desarrollar nuevas habilidades. Este aprendizaje nos ofrece más información acerca de lo que comemos y por tanto nos permite decidir qué es lo que queremos comer y valorar los productos con criterios que transcienden el precio.

El cuidado de una producción desde la siembra nos reconecta con los ciclos naturales. La responsabilidad de gestionar y mantener un huerto que produce nuestros alimentos nos hace más conscientes de la importancia del manejo de todos los procesos, desde la tierra en la que plantamos al agua con la que se riega y los aportes que se hacen al hogar. 

Las escuelas también puede ser un buen lugar para crear un huerto urbano que, más allá de permitir hacer algunas cosechas, se convierta en un recurso educativo para abordar diferentes contenidos.

En este punto es importante mencionar que uno de los efectos negativos en la producción masiva de alimentos es el transporte a diferentes lugares y el uso de fertilizantes sintéticos aumentan aún más las emisiones a la atmósfera. Así, todo este proceso daña la salud humana. Para producir alimentos a una escala tan enorme se necesitan aditivos y conservantes sintéticos para estabilizarlos durante largos períodos. La nutrición de este alimento se pone en duda. Es por esto por lo que necesitamos comenzar a cultivar los alimentos en nuestros espacios.

Su factura de alimentos se reducirá a medida que comience a abastecer su despensa con productos frescos de su patio. Cultivar su propia comida es una de las cosas más útiles e importantes que un ser humano puede hacer: es un trabajo que lo ayuda a prosperar, nutrir a su familia y mantener su salud. ¡Cuidar sus plantas y esperar mientras florecen y dan fruto ante sus ojos es una increíble sensación de logro!

Ingeniera.

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