Las certificaciones tomarán más fuerza a medida que nuestro entorno sea más inseguro y contaminado; por las razones mismas del cambio climático, muchos alimentos dejarán de producirse porque los ingredientes ya no se encontraran, a medida que las aguas del océano se calienten o incrementen las sequías en el planeta Tierra. Alimentos que dejarán de producirse con el cambio climático: Chocolate, café, plátanos, el vino, al aceite de oliva , los cereales, el aguacate y la carne roja.
Van a surgir las carnes sintéticas creadas en laboratorios para su masificación y consumo. Imitar a otros alimentos, engañar a la mente y al paladar. Muchos laboratorios de la industria alimenticia al rededor del mundo en Israel y Estados Unidos ya producen alternativas que van a suplantar alimentos de la pirámide alimenticia. Cierta vez acompañe a mi hija a una tienda en un centro comercial del país donde venden productos coreanos, muy de moda en los millennials donde hay una variedad de bebidas y bocadillos importados de esa nación asiática (la democrática) cuya cualidad son las texturas y sabores extraños al paladar, muy llamativas; sin embargo, dejan la duda de su procedencia, valor alimenticio, qué componentes químicos llevan, etc. Para los muchachos no importa eso, lo que contenga, más bien si tiene buena pinta, porque de todas maneras la información está en coreano.
Con el pasar de los años, los productos cambian, ingresan al mercado nuevos sabores, colorantes sintéticos, etc., cuyos componentes desconocemos. Recientemente se virilizó un producto nacional que en los anaqueles de Estados Unidos le habían sobrepuesto una etiqueta a dicha galleta de que contenía un componente cancerígeno, algo que aquí desconocemos.
Cuántas veces nuestros hijos comen dulces con unos colorantes potentes que la lengua les queda hasta morada y pasan orinando por días el colorante. Cuán malo es eso para los riñones y el hígado, no lo sabemos, pero deberíamos tomar precauciones porque sí es dañino.
El incremento en casos de cáncer en nuestro país, enfermedades en la piel, tiroides, sistema digestivo, asma, etc. ¿Tendrá que ver a la alimentación sintética a la que estamos expuestos?
En las plataformas de las redes sociales hay videos perturbadores como en la India: el arroz es hecho en base a plástico, o snacks que son elaborados a base de petróleo y que cuando se les acerca una candela prenden en llamas.
Es una realidad que en el mundo lo artificial viene a suplantar a lo orgánico. Un caso es la advertencia qué la OMS hace sobre los edulcorantes s altamente cancerígenos ocupados por la industria de las bebidas, el aspartamo.
La fabricación sintética de carnes como la del pollo tiene una buena expectativa de crecimiento en el futuro, los reguladores y agencias que auditan dichos procesos aseguran qué estos alimentos son seguros para el consumo del ser humano.
De hecho las empresas y laboratorios alimenticios que crean estos productos ya han hecho alianzas con reconocidos restaurantes y están listos para ofertar esos productos a sus clientes.
En nuestro país, hace muchos años, se sabía que había una alternativa saludable para los veganos y se podía suplantar la carne de res por carne de soya y no se percibía mucho la diferencia en sabores. Pero ahora en estos tiempos no sabemos si comemos alimentos genuinos o ya estamos comiendo alimentos sintéticos.
Muchos se preguntaran cuál es el proceso de crear carne sintética. Según una revista especializada de ciencia lo resume de la siguiente manera:
"La carne se cultiva en tanques de acero con sal, agua y nutrientes a base de células de un animal vivo, un óvulo fecundado o células almacenadas qué se reproducían y tomarán un aspecto muscular comestible".
Ante todas estas posibilidades de que estas carnes sintéticas del futuro nos invadan, muchas empresas distribuidoras hacen énfasis en sello de garantía y calidad donde afirman que sus carnes son 100% carne de res, pollo o cerdo. Eso para la tranquilidad del consumidor. La fuente o procedencia natural, orgánica siempre proveerá las proteínas necesarias a las personas en comparación a las artificiales.
Se imaginan ustedes comer en el futuro una pupusa artificial cuya masa de maíz o arroz, los frijoles, el chicharrón y el queso sean artificiales y sea de un sabor diferente. Puede ocurrir, al escasear dichos productos por las sequías y el cambio climático. Ojalá no lleguemos a esa lamentable situación.
En nuestra región, pese a los embates del clima, tenemos la fertilidad de los suelos volcánicos y de los mantos acuíferos. Eso lo debemos defender como nuestra propia vida. Tenemos que alentar las prácticas eco agrícolas, evitar el uso de fertilizantes altamente tóxicos, fomentar las técnicas de cultivos hidropónicos en la zona urbana, la que los mismos israelíes aplican en el desierto donde lo han hecho florecer y prosperar como grandes potencias alimentarias.
La lucha estará perdida cuando creamos que lo artificial sabe mejor que lo natural.
En X @Chmendia.