El 11 de julio se celebra desde 1989 el Día Mundial de la Población gracias a que el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) motivó a que se concientice sobre las temáticas que se relacionan con este ámbito, incluyendo medio ambiente, cambio climático y el desarrollo sostenible.
Las distintas poblaciones han ido en incremento enorme a lo largo de los años. Según datos del PNUD, en 2011 el mundo alcanzo cerca de siete mil millones de habitantes. Actualmente, la cifra sobrepasa los ocho mil millones de habitantes en nivel global, siendo un dato geográfico a considerar, debido a las múltiples situaciones que se generan en el diario vivir de las poblaciones en el mundo.
Temas como salud, educación, economía, el mundo digital, han sido parte de cambios para la mejora del ser humano. Sin embargo, aún persisten diversos temas que afectan a las personas, como por ejemplo las desigualdades de género, el cambio climático, la mortalidad infantil, la trata de personas, la corrupción y la falta de transparencia, por mencionar algunos pocos, son algunos de los grandes retos que no han podido superarse desde hace muchos años.
Sin embargo, al hablar de más de ocho mil millones de personas, hablamos de ocho mil millones de oportunidades para crear entornos sociales sanos, fortalecidos por el respeto de los derechos inherentes del ser humano, la democracia, la transparencia y la voluntad de cada una de esas personas para lograr ser resilientes ante los desafíos que se tienen en el presente y los que vengan a futuro, siendo primordial esa inversión en el capital humano, como pilar de la sociedad y el desarrollo sostenible.
Los días internacionales como este dan la oportunidad de sensibilizar a las poblaciones sobre temas de interés y al mismo tiempo, pretenden llamar la atención de los gobiernos y lideres mundiales para dar a conocer los problemas que persisten y no han podido ser erradicados, los cuales precisan de manera urgente el diseño y puesta en marcha de políticas concretas para lograr corregir esas adversidades que se presentan.
Por otra parte, crear y fomentar sociedades inclusivas y productivas que defiendan los derechos humanos y reproductivos será un punto clave para afrontar esos retos enormes que se tienen actualmente en nuestro planeta Tierra, forjando un mundo de cambio para la mejora continua, donde pilares del desarrollo sostenible como salud y educación de calidad sean derechos y realidades palpables, mas no privilegios y promesas vacías que se queden únicamente en palabras que se esfuman en el viento o en simples documentos que se redactan y encajonan en un archivo.
Debemos tener claro que cuando actuamos y tomamos en cuenta nuestros valores compartidos como seres humanos, contribuimos hacia un futuro mejor y resiliente. Erradicación de los males sociales como la pobreza, la violencia, discriminación, entre otros, ayuda a liberar y reconocer el gran potencial que la persona humana tiene, como sujeto de cambio, en la promoción y cumplimiento de los objetivos para el desarrollo sostenible, en aras de fomentar un entorno de prosperidad y paz, como parte de la protección de nuestro entorno global y la salvaguarda de los recursos que nos sustentan a todos/as.
Está en nuestras manos lograr esos cambios, siendo necesario evaluar cada uno de manera individual lo que estamos haciendo para poder lograrlo. Solamente de esa forma podrán verse y palparse resultados de mejora continua hacia un futuro sostenible y de prosperidad humana.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador