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¿La conciencia crítica de la sociedad?

Después de tres décadas de periodismo en El Salvador, buena parte de los medios han sido silenciados, bajados de perfil y condicionados publicitariamente a no ahondar en varios temas que vinculen al régimen actual. Esto ha permitido ponderar los medios estatales, que con fondos públicos laboran como si fueran privados. De lo que carecemos hoy en día es de contenidos informativos.

Por Edwin Góngora
Periodista

A finales de 1992 y la prensa se preguntaba ¿qué sucedería con el gremio?

Doce años de informar detalles de un conflicto, ¿cómo sería en paz?


Recién ingresaba a Noticiero Al Día, canal 12, y escribí a cerca de ¿cuál se sería EL PAPEL DE LA PRENSA EN EL PROCESO DE PAZ?


Colegas que se destacaron en la cobertura del conflicto proyectaron en sus respuestas el nuevo reto informativo de la prensa.


Ricardo Bracamonte, redactor internacional, comunicador institucional y maestro de comunicaciones universitario, me dijo:


“Creo que el periodista en esta etapa lo que deberá es promover fundamentalmente la democracia, dar una orientación a la población de lo que significa el quehacer político en general”.


Bracamonte aseguró que el periodismo iría tras el ámbito político de una manera inédita.


Nery Reyes, directora de noticias de YSKL, coincide con Bracamonte. “Fuimos nosotros, cada uno de los informadores, los que nos encargamos de orientar a la gente sobre la necesidad del cambio social que se estaba propugnando en el país”.


Ella me aseguró que “el equilibrio informativo” utilizado en el conflicto debía mantenerse.


“El papel que nosotros debemos jugar es ser críticos y analíticos. No tenemos que ser simples mensajeros de lo que quieren decir los partidos políticos, funcionarios o sectores vivos del país. Nosotros (los periodistas) tenemos que descubrir qué es lo que el pueblo quiere saber”. Esta fue la respuesta de Ana Cabrera, corresponsal de aquel entonces para la agencia (AP) The Associated Press, ya fallecida.


La prensa salvadoreña maduró durante el conflicto y dejó atrás el periodismo “boletinero”, hecho con los “comunicados” de prensa que enviaban el gobierno y los organismos privados.


El gremio rompió paradigmas, enfrentó el miedo a la hora de informar desde el lugar de los hechos.


“La Prensa debe tener siempre una actitud crítica y clara, que no signifique salirse de los parámetros legales y mucho menos del estado de derecho”, me aseguró Francisco Valencia, ex director del Diario Co Latino.


La prensa inmersa en la vida nacional no podía estar ajena a los cambios sociales, políticos y económicos que se dieron en 1992 y profundizó su actuar.


Treinta años después, problemas que existían, aún prevalecen. Enfrentamos otros, y vimos nacer y crecer unos más, que al igual que en el conflicto nos han causado daño.


“La prensa es la conciencia crítica de la sociedad”. ¿Significaría algo hoy en día esta frase? Estoy más que seguro que no.


Para mí, dejó de serlo y veo un gremio “desarticulado” y “dividido”.


Hoy el poder político contrapone la veracidad de cualquier información, aun cuando hayan sido ellos mismos la fuente.
Pedir cuentas a un funcionario es considerado por algunos sectores un ataque o desprestigio contra el funcionario al que se haya emplazado.


Conocer la verdad por ahora no es posible.


En radio y televisión se abrieron panfletos propagandísticos y se fortalecieron los medios gubernamentales, para contrarrestar lo que se diga en su contra.


Después de tres décadas de periodismo en El Salvador, buena parte de los medios han sido silenciados, bajados de perfil y condicionados publicitariamente a no ahondar en varios temas que vinculen al régimen actual. Esto ha permitido ponderar los medios estatales, que con fondos públicos laboran como si fueran privados.
De lo que carecemos hoy en día es de contenidos informativos.


En la era de la post información cualquier cosa creemos que es noticia, sin verificar fuente y el equilibrio al que Nery Reyes se refirió.


El periodismo atraviesa una crisis muy delicada. “La prensa no debe ser ni opositor ni servil y más bien asumir una función critica que demanda un conocimiento pleno de la realidad nacional”. Además “la prensa debe responder a los gobernados, no a los gobernantes”.


Hoy, con el poder político de poder cerrar medios, pero que aseguran no usarán, advierte que en cualquier momento eso puede suceder.


¿En qué tipo de prensa nos hemos convertido?

Abro debate.

Periodista y Comunicador.

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Opinión Periodismo

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