Por Este pasado domingo anuncié que me presentaría a las elecciones internas de Nuestro Tiempo para buscar presidir el partido político que, juntos a varios colegas de militancia, fundamos ya hace cinco años. Esto no lo hago por mí, tampoco por ganar una elección, e incluso esto va más allá de mi propio partido político. Hago esto porque en este preciso momento es urgente romper con la cultura de miedo que ha sembrado el oficialismo; varios demócratas debemos dar un paso hacia adelante y demostrar que la esperanza le puede ganar a la dictadura. Es sencillo, no hay democracia sin demócratas.
Cuando hablo de la cultura de miedo en la que el oficialismo ha sumergido a nuestra sociedad me refiero al simple hecho de que la persona que tenemos al lado tiene miedo de opinar de política y mucho más temor de involucrarse en un partido político. ¿Por qué el miedo se ha apoderado de tantas personas? Porque vivimos en tiempos en los que el simple hecho de pensar distinto al gobierno nos expone a ataques, difamaciones y humillaciones. Y en el peor de los casos, incluso tenemos el riesgo de que nos metan presos.
Por eso he tomado la decisión de liderar mi partido político, porque el miedo no puede ganarle a la esperanza. Porque los demócratas hacemos falta. Porque no hay peor lucha que la que no se hace. ¿Qué debemos hacer para dar este paso al frente? Involucrarnos en política, porque la política siempre se involucra con nosotros, y por esa razón no podemos desentendernos de ella. Esto tampoco va sobre máximos, también hay mínimos que pueden distinguir a cualquier demócrata, como ayudar a la persona que tenemos al lado a reflexionar sobre lo que está sucediendo en nuestro país o ser críticos ante las ilegalidades que el gobierno ha tratado de normalizar.
Quiero aprovechar este espacio para dirigirme directamente a las y los afiliados de mi partido político y a todas las personas que ayudaron a que Nuestro Tiempo sea una realidad. Este próximo 12 de marzo espero resultar electo y conducir nuestro partido política hacia lo que siempre hemos apelado. Buscamos dignificar la función pública, hacer política de forma decente, e impulsar una voz sensata en cada espacio de toma de decisiones en el que participemos. Les pido su apoyo y que me acompañen en este gran reto, un reto que va más allá de 2024, un reto que busca construir un mejor futuro. No debemos dudar en asegurar que este es nuestro tiempo.
Expresado todo lo anterior, estimados lectores, no olvidemos que este esfuerzo y cualquier otro que nos invite a razonar y participar, va más allá de cualquier partido político. La elección de 2024 no será sobre izquierdas o derechas, incluso no será una elección programática, será una elección en la que debemos elegir entre democracia y dictadura. Así que es tiempo de construir la alternativa que empuje a la democracia hacia la victoria. En las marchas que El Salvador ha protagonizado durante los últimos meses, en especial las del 15S, han demostrado que como ciudadanos somos capaces de crear puntos de encuentro para trabajar juntos. ¡Hagámoslo!
Es tiempo de ser valientes, es tiempo de demostrar que somos verdaderos demócratas. Todas las personas tenemos algo con lo que podemos y debemos contribuir. La República debe defenderse hasta las últimas consecuencias, para ello la oposición debe evolucionar e ir más allá de los partidos políticos. Liderazgos claves y esenciales deben empezar a elevar sus voces. Insisto: no hay democracia sin demócratas.
P.D.: Agradezco a todas las personas que me han expresado y extendido su apoyo. Espero que después del 12 de marzo les pueda servir como nuevo Presidente de Nuestro Tiempo. También, agradezco infinitamente a Juan Valiente por su liderazgo implacable y a todos mis colegas de militancia partidaria, esto no sería posible sin cada uno de ustedes.
Comunicólogo y político