Por Las agendas en Centroamérica se reacomodan y saltan a la lista de prioridades aspectos más urgentes: Migración y cambio climático. Dos temas estrechamente ligados ya que el cambio climático obliga a tomar decisiones apresuradas y desesperantes. El corredor seco centroamericano es el más afectado y en donde la mayoría de sus habitantes (alrededor de 10 millones) están a merced de las intensas sequías, inundaciones, catástrofes y dependiendo de la agricultura local. Lamentablemente abandonados por las políticas públicas de sus propios gobiernos, pese a que organismos internacionales inyectan ayuda y cooperación para esta zonas de riesgo, por la enquistada corrupción estas ayudas no llegan directamente o como deberían llegar y atizan más la opción en sus ciudadanos por encontrar otro futuro para sus vidas y la meta es siempre : Estados Unidos.
Ningún país será más atractivo para una masa poblacional desesperada en Centroamérica que Estados Unidos, que sigue posicionado como un país prometedor de grandes oportunidades, pese a que muchos gobiernos coqueteen (por llevar la contraria a la gran nación del Norte) con países como Rusia y China; los cuales no generan ni despiertan mayor interés en la gente como objetivo de vida y de desarrollo, aunque construyan: Estadios, bibliotecas, etc. Y en el caso de Rusia venda autobuses, tanques de guerra y armamento al régimen sandinista en Nicaragua. Dichas naciones no ofrecerán un atractivo específico para un inmigrante, en el caso de China por su sistema comunista y de reducida democracia y por otra parte Rusia que está empantanada en la guerra y su situación en el mediano plazo será deplorable.
El tema de la migración en Centroamérica presiona a que se pueda conformar un bloque integrado, el cual brinde mayor protección ,amparo, opciones y políticas para toda esta masa de gente pueda tener mayores garantías en su tránsito hacia el Norte y puedan contar con mayor respaldo legal, eso no es barato, se necesita un buen colchón y soporte económico para la creación de este bloque, y que se pueda prescindir de instituciones que están parasitando estos fondos que pueden ser útiles como el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y otras entidades que hasta el momento están desfasadas en el tiempo.
Por más que el lector se rebusque en los últimos 20 años cuesta encontrar logros palpables del PARLACEN que recibe millonario presupuesto, y la misma opinión pública antes mencionaba que era la institución destinada al retiro remunerado para ex presidentes, ex diputados y políticos en la región. En sí muchos de los estatutos y de la visión y esencia de esta institución centroamericana están desfasándose a la realidad de los tiempos: Migración y cambio climático.
Los regímenes totalitarios, que amenazan la estabilidad de la región como la del dictador Ortega en Nicaragua, operan ante el silencio de estas instituciones que velan por la integración de Centroamérica; además reciben apoyo financiero de organismos centroamericanos que apoyaron u oxigenaron a estos supresores de la democracia, aniquilando parte de los propósitos de la integración. Es más, existen funcionarios bendecidos por la dictadura nicaragüense al frente de organismos regionales.
Definitivamente debe existir un giro de timón para que la existencia de estas instituciones no sea vergonzosa y no se preste para el chiste y la burla. Que sirvan para algo, y hoy más que nunca se necesitan esos fondos con que se mantienen para afrontar el drama migratorio y el Cambio Climático.
Según el Migration Policy Institute (MPI) entre octubre de 2019 a Marzo de 2023 se contabilizaron 5.8 millones de centroamericanos en la frontera Sur; El Salvador forma parte con el 37.1% de todos esos migrantes.
Otro dato interesante es el que arroja la oficina de las Naciones Unidas o ONU MIGRACIÓN oficina regional para Centroamérica indica que: 4, 476, 000 personas fueron desplazadas internamente por desastres naturales en el continente americano en 2017, la temporada de huracanes propició ese desplazamiento, seguido por las consecuencias de incendios forestales en América del norte.
Eso sin contabilizar las personas que se sumaron a ese desplazamiento por los huracanes Eta y Iota en el 2020, donde 6.5 millones de personas en Centroamérica se vieron directamente afectados.
Reflexionemos cual será el rumbo de la región ante las necesidades y amenazas latentes, aparte de la violencia y el crimen, el vía crucis de la migración necesita de la sensibilidad de la Integración. El cambio climático es una realidad, negarlo es profunda ignorancia.
En twitter: Chmendia