Es natural sentir tristeza y dolor cuando un hombre de Dios parte de nuestra tierra, un hombre que fue una guía y una voz para los más desprotegidos. Todos quisiéramos que las personas buenas fueran eternas, sin embargo, nuestro Dios sabe hasta que momento nos permitirá estar en este mundo.
La región con más devotos católicos en el mundo tuvimos por primera vez un papa. Fue un mensajero de esperanza, humildad y fuerza, que nos dio palabras de fe para poder ayudarnos a resolver problemas bajo el amor de Dios y con la claridad de nuestra Virgen María. Destacando la importancia de la oración e invitando que cada persona entienda el gran valor que tiene dedicar unos minutos para mejorar la relación con Dios.
Desde el principio, el papa Francisco marcó un camino diferente por su enfoque en reformas clave, por su amor y defensa de los más vulnerables, y por su claro apoyo a la reivindicación de las mujeres: “La lucha por los derechos de las mujeres es una lucha continua. Tenemos que seguir luchando por esto porque las mujeres son un regalo. Dios no creó al hombre para luego darle un perrito faldero con el que jugar. Creó a ambos iguales, hombre y mujer. Una sociedad que no es capaz de permitir que las mujeres ocupen un papel más importante no avanza”, declaró el papa Francisco en noviembre de 2022.
Puso como prioridad la atención a los más necesitados, a los que hay que ayudar también materialmente. Siendo esto al vital que aparece a lo largo de todos los evangelios. En definitiva, hay que practicar lo que se dice. La ayuda a los pobres no consiste esencialmente en una estrategia para recuperar la credibilidad. Esto va más allá. Quien se preocupa por los pobres hace algo objetivamente bueno por una persona que lo necesita. Eso es lo que se nos pide: ser buenos. Quien practica la misericordia hace que ocurra una transformación del corazón que es necesaria en el mundo.
El Papa Francisco menciono que la alegría es comenzar a pensar en los demás. El Papa nos invitó a redescubrir la generosidad, porque “Dios ama al dador alegre” (2Cor 9,7). Es necesario vencer la tentación de encerrarse a sí mismo, de aislarse, creyéndose autosuficientes, porque todos tenemos necesidad de la convivencia. La vida adquiere sentido en buscar el bienestar del prójimo deseando la felicidad de los demás: “Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, esto es ya suficiente para justificar el don de mi vida” (Evangelii gaudium, 182).
Él nos invitó a experimentar la alegría de trabajar con otros y por los otros para que construyamos un mundo más justo y humano. Son felices los sencillos, los humildes que dejan espacio para Dios, que saben llorar por los demás y por sus errores, siguen permaneciendo tranquilos, luchan por la justicia, son misericordiosos con todos, guardan la pureza del corazón, siempre trabajan por la paz y permanecen en la alegría, no odian e, incluso cuando sufren, responden al mal con el bien (Angelus, 1 de noviembre de 2017).
Pidió a los jóvenes que den esperanza, que sean expresión del amor de Dios, que hace nacer la alegría, incluso allí donde parece imposible, que sean esperanza para tantas personas afligidas por los problemas, la depresión. Insto a alimentar la confianza a través de opciones de vida concretas. Empezando por el buen uso de las redes sociales: "Es más fácil compartir malas noticias, que publicar cada día una palabra de esperanza". La invitación a "no dejarse contagiar por la indiferencia y el individualismo".
“Tú eres el mensaje”, no lo que tú dices. Lo que haces grita tanto que no deja oír lo que dices. La coherencia entre lo que somos, lo que hacemos y lo que decimos es esencial.
Estamos agradecidos con nuestro Dios por habernos dado un pastor lleno de fuerza y amor que fue el pilar de nuestra Iglesia. El papa Francisco dejo a El Salvador algo invaluable nuestro primer Santo Monseñor Romero, un hombre que fue y sigue siendo la voz de los pobres.
El Papa Francisco tomó decisiones y actuó. Hizo y luego dijo. No debemos permitirnos la inacción ante problemas que afecten a los demás y a nosotros mismos, y que van en contra de la vida misma.
Ingeniera.