¿Qué sería sin el auxilio de estos profesionales? Pues sería un serio problema para los pacientes que acuden a ellos. Y peor, para los residentes en el campo, en los cantones, en los caseríos, en donde no hay odontólogos que los auxilien.
Recuerdo que cuando niño, allá en un cantón de mi querida Atiquizaya, en el departamento de Ahuachapán, había un “odontólogo” que sentaba a sus pacientes, debajo de un árbol de mango. en una gran silla de madera con asiento de lona, y con una tenaza les extraía la muela dolorosa. Le decían “El sacamuelas”. Y es muy probable que en los cantones, lejos de la ciudad, haya otros “sacamuelas”.
Hay personas que tienen una dentadura muy fuerte, y cuyos dientes generalmente son grandes, que llegan a levantar con su dentadura una mesa pequeña. En Atiquizaya había un amigo que realizaba esta hazaña, poniéndose los brazos hacia atrás.
Y es que el dolor de muelas hasta se extiende a la encía y a la mandíbula, produciendo un dolor muy fuerte. Y es necesario sacar esa muela, que generalmente está con caries.
Recuerdo que hará unos cuarenta años los odontólogos ponían “coronitas de oro” alrededor de los dientes incisivos, y al sonreír la persona, se le veían sus dientes muy atractivos, adornados con “coronas de oro”. Y aun, si el paciente lo deseaba, todo el diente era cubierto de oro.
Ahora son otras técnicas (modernas) que emplean los odontólogos.
“Se conoce como odontocetos a las ballenas con dientes; por ejemplo, el cachalote, conocido como un gran cazador, tiene una mandíbula inferior corta y angosta, provista de cuarenta a cincuenta y cuatro dientes redondos y cónicos que encajan en huecos de la mandíbula superior, la que por lo común carece de dientes: y es probablemente la posesión de esos dientes lo que hace tan valerosa y formidable a esta ballena. Dichos dientes proporcionan un marfil casi tan bueno como el que dan los elefantes; pero por su tamaño no es útil, sino para tallar objetos pequeños. Únicamente los japoneses lo utilizan para hacer estatuillas y objetos de adorno” (Tomo 4 de la “Nueva Enciclopedia Temática”. Editorial Cumbre, S. A. México, 1976)-.
“Si uno no se cepilla los dientes, entonces se dañan. Se ha descubierto que los niños nacen con dientes; pero no se les ven. Durante toda la vida, los dientes masticarán, desgarrarán y molerán unas 30,000 toneladas de comida. También participan en la articulación de los sonidos del habla que producen las cuerdas vocales. Los dientes se empezaron a formar antes de que uno naciera. Los 20 dientes de leche y gran parte de los dientes definitivos ya existían en forma de pequeños capullos bajo las encías” (El cuerpo humano”. Revista National Geographic).
Maestro, psicólogo, gramático.