El 58.5%. Este es el porcentaje que obtuvo Emmanuel Macron para ganar las elecciones presidenciales contra la candidata de extrema derecha Marine Le Pen. Esta victoria le permite asumir un segundo periodo después de haber ejercido la presidencia de Francia desde 2017.
La reelección de Emmanuel Macron es el resultado de mucho trabajo programático y de una fuerza de proyección en el futuro. Proteger, liberar, unir, tales eran las prioridades que había definido en el principio del año. La Presidencia del Consejo Europeo, que reúne a los Jefes de Estados y de gobiernos, tanto como la guerra en Ucrania, no solo lo obligaron a retrasar su lanzamiento en campaña, sino que también tuvo que reafirmar las voluntad de ver una Francia fuerte en una Europa potencia y más independiente de la actual: la guerra iniciada por Rusia puso en relieve la exigencia para los europeos en reinventar sus canales de suministro energéticos, redefiniendo su ambición en materia de política exterior y de defensa.
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Francia atraviesa, como la mayoría de los países, tiempos difíciles a raíz de la pandemia de la covid 19. Los dos últimos años han sido difíciles, tanto en materia de salud como de cohesión social. La campaña electoral que Francia puso sobre la mesa los temas de integración, el riesgo de una fragmentación y comunitarización. Candidatos nacionalistas pudieron usar y abusar de la idea de una degradación permanente de la posición del país. Emmanuel Macron reafirmó su ambición, declinando temas que le permitieron ganar: quiere construir una Francia coherente, unida, en confianza, en una Europa aún más independiente. ¿Cómo lograrlo?
Sobre el “frente interior” dio un impulso nuevo a una voluntad de reforzar la dimensión “verde” de la economía: ya sea en materia energética, de transformación de los instrumentos industriales, ha vuelto prioritaria la dimensión ecológica. Sobre lo social, un impulso en favor de la escuela y la orientación de los estudiantes, una atención la discapacidad, pero también hacia los más frágiles, han sido orientaciones fuertes. Ahora bien, Emmanuel Macron respeta el trabajo, el mérito. Es la razón por la cual asumió el hecho de que se tendrá que trabajar gradualmente más para poder financiar el sistema de jubilación de reparto que tiene Francia, dado que la esperanza de vida se alargó.
Propuso una salida legal general, a los 65 años para 2030. Luchar contra los déficits, garantizar una protección social sólida han sido sus puntos de horizontes. El respeto a las leyes que enmarcan la vida pública, con la famosa “laicidad” ha sido un tema muy importante en el debate contra Marine Le Pen. El “frente exterior” ocupó mucho la campaña: consiste en la política exterior y de defensa mientras Europa vive una guerra sobre su suelo, en Ucrania.
Se ha vuelto urgente para los europeos aparecer como una nueva potencia, entre Rusia y los Estados Unidos mientras China refuerza sus posiciones económicas en el mundo. Primer mercado mundial, Europa debe ahora construir su independencia energética tanto como de seguridad para poder responder de manera autónoma cuando una amenaza se presenta. Más Europa para una Francia fuerte, ha sido un pilar de un programa que llama a la voluntad, a una nueva dinámica mientras los desafíos no hacen falta.
Las próximas semanas serán determinantes para que Emmanuel Macron pueda aplicar estas orientaciones: nuevo gobierno con un enfoque ecológico especial, elecciones legislativas en junio próximo para que tenga una mayoría que le garantice una estabilidad para los próximos cinco años, tantas prioridades sobre las cuales Macron trabaja desde ahora, con una voluntad: garantizar la unidad y la atractividad de Francia.