Antes denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, reconoce cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad; eliminar la palabra “Trabajadora” de poco sirve pues la mujer en el mundo, siempre le ha tocado trabajar; el horario laboral del hombre es fácil de interpretar; sin embargo, estar frente a una mujer que es ama de casa, debe ir a su oficina o a poner su sencilla venta de vegetales para que algún transeúnte se apiade de ella, debe cuidar a los niños y tantos oficios más. Y su desarrollo integral como persona, en pie de igualdad con el hombre.
Esta fecha se utiliza para visualizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de derechos para las mujeres en varios ámbitos. Suele celebrarse en casi todas las partes del mundo (ejemplo de ello es Italia y su “Festa della Donna”), y es día feriado en algunos países.
Algunas corrientes feministas argumentan que no es un día que deba celebrarse o ser festivo debido al origen del mismo, sino que debe servir para la reivindicación de derechos.
La discriminación de la mujer es un tema crucial señalado por la ONU. En diferentes informes publicados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) se observa que las mujeres están por debajo de los varones en muchos indicadores de desarrollo sostenible. Vale la pena que el lector se dé cuenta de la adversidad que ha arrastrado a la mujer desde los inicios de la historia, datos que son fáciles de encontrar y que en este caso deben servir para que no solo un tan solo día se le dé el lugar que la mujer merece sino que “El Día Internacional de la Mujer” se debe respetar y celebrar cada segundo de nuestras vidas.
Por ejemplo: las mujeres conforman casi dos tercios de los analfabetos del mundo; existe una feminización de la pobreza, ya que la mayoría de los pobres son mujeres; las mujeres tienen menos acceso a servicios sociales básicos que los varones; la brecha salarial muestra que las mujeres ganan menos dinero que los varones por el mismo trabajo, aún las mujeres más educadas que los hombres consiguen trabajos de menor jerarquía; en algunas naciones, los hijos varones tienen derechos de herencia que las hijas mujeres no tienen.
Solo el 2% de la tierra del planeta pertenece a mujeres, mientras que el 98% son de varones; las mujeres son responsables de recolectar agua en el 80% de las casas sin agua corriente; la mutilación genital femenina sigue siendo una práctica en 30 países, las mujeres son víctimas de trata de personas y explotación sexual.
En muchos casos, las mujeres comen últimas en la familia; aún hay códigos legales que obligan a la mujer a obedecer ciegamente a su esposo.
El hecho de nacer mujer supone un grave peligro en cualquier lugar del mundo debido a la denominada violencia machista.
En este Día Internacional de la Mujer recordemos la importancia de seguir luchando por la igualdad, la justicia y la paz para todas las mujeres del mundo.
Los feminicidios siempre aparecen en las estadísticas y algo que es duro resaltar que la violencia contra la mujer se ejerce tanto en la clase alta como en el sencillo mesón, no tiene escapatoria.
En el país hay programas que son de gran apoyo hacia la mujer; sin embargo, a veces olvidamos que a la par del machismo y del analfabetismo de la mujer, se vive una pobreza indescriptible; ejemplo claro: una menor de edad debe dar a luz en un hospital, nadie sabe que la madre de esta menor debe prestar a los vecinos algún dinero para paliar la estadía en tal centro asistencial, debe dormir en el suelo o incómodamente sentada en una silla ¡Esa es la realidad!
Qué decir de las mujeres que migran? Muchas de ellas son abusadas sexualmente en el camino, no tienen protección alguna.
Sin duda alguna, nadie ve el dolor de la madre emprendedora que apenas lleva el sustento a la mesa. ¿Cuántos hombres trabajan como empleados domésticos? Muy pocos, ellos son “mayordomos”; sin embargo, cientos de miles de mujeres trabajan de empleadas domésticas recibiendo salarios de miseria, sin seguridad social, sin futuro.
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