Una de las formas de manipulación de las mineras es el uso de lo que se llama la falacia del espantapájaros. Esta consiste en tergiversar o ridiculizar el argumento de la otra persona para hacerlo más fácil de atacar. El manipulador modifica el argumento real para que parezca absurdo o extremista. Luego, en lugar de responder al argumento auténtico, ataca la versión tergiversada. Por ejemplo: Si el argumento original afirma que «la minería metálica acarrea serios riesgos para la salud de las comunidades». Una respuesta usando la falacia del espantapájaros sería: «Los críticos de la minería metálica están en contra del progreso y se oponen a que mejore la economía». Así se crea la impresión de haber derrotado al contrincante, aunque en verdad nunca se respondió al argumento inicial que era sobre la salud pública. La razón por la que se la llama falacia del espantapájaros es porque la persona no está respondiendo al verdadero argumento, sino que ha creado un espantapájaros retórico con el que puede hacer lo que desee.
Pero sobre los problemas de salud que acarrea la minería, existen registros de universidades y de instituciones ambientales que poseen evidencia documental de aumentos en la contaminación del agua, suelo y aire en las zonas mineras. Por ejemplo, mediciones de la calidad del agua en áreas cercanas a las operaciones mineras en el sur de Chile muestran niveles de metales pesados por arriba de los límites aceptables internacionalmente. Lo cual, no la hace viable para el consumo humano.
En estudios epidemiológicos en comunidades cercanas a las minas se ha encontrado una correlación entre la actividad minera y el incremento de enfermedades respiratorias, cáncer, envenenamiento y otros problemas de salud. Estos datos confirman que las inquietudes expresadas por los ciudadanos con relación a los riesgos en salud pública tienen fundamentos científicos.
Otra de las falacias de las mineras es la que se llama «ad consequentiam». Esta consiste en afirmar que sin la minería las comunidades sufrirán consecuencias desastrosas, pero sin presentar ninguna evidencia sólida que sustente tal afirmación. Al estudiar los casos de explotación minera en Latinoamérica se ha demostrado que la minería sin una planificación integral produce problemas estructurales, degradación del medio ambiente, conflictos sociales y pérdidas en la calidad de vida. Todo eso demuestra que las comunidades la pasan mejor sin la minería y que no hay evidencias de que vayan a sufrir si no se explotan los recursos; por el contrario, el explotarlos es lo que provoca seguros resultados negativos.
Al realizar análisis de ciclos de vida y evaluaciones de costo-beneficio en proyectos mineros se revela que los costos ambientales y sociales superan a menudo los beneficios económicos a corto plazo. La pérdida de servicios ecosistémicos, los costos de salud y de mitigación ambiental son casi siempre mayores que las supuestas ganancias de la minería. Y no hay que olvidar que esas reducidas ganancias no se quedan en las comunidades, sino que siempre van a parar en pocas manos.
Las mineras utilizan las falacias de manera intencional, con el propósito de engañar, sin tener una base lógica sólida. Si la población renuncia a analizar las cosas críticamente corre el riesgo de ser manipulada para su propia pérdida. De ahí la importancia de conocer los cuentos de las mineras para que cuando los usen, sepa la población que se encuentra precisamente frente a eso: puros cuentos.
Pero el ciudadano humilde, común, alberga una sabiduría que le mostrará el camino en el momento decisivo. Como bien lo expresó León Felipe, poeta español, en su poema «Sé todos los cuentos». Diciendo así: «Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Digo tan solo lo que he visto. / Y he visto: / que la cuna del hombre la mecen con cuentos, / que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, / que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, / que los huesos del hombre los entierran con cuentos, / y que el miedo del hombre… / ha inventado todos los cuentos. / Yo no sé muchas cosas, es verdad, / pero me han dormido con todos los cuentos… / y sé todos los cuentos».
Pastor General de la Misión Cristiana Elim.