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EPAPER Donald Trump|Fotomultas|Minería|Torneo Clausura 2025|Espectáculos

Escuchar al pueblo

Bukele parece haber colocado un doble tapón en su otro oído, para no escuchar las protestas generadas por todos los estratos de la población sobre su decisión, inconsulta como todas, de derogar la ley que prohibía la explotación de la minería metálica en el país.

Por Teresa Guevara de López
Maestra

Esta semana, la cortina de humo lanzada fue tan densa que el pueblo olvidó los problemas económicos, la captura injusta de líderes comunales, la desobediencia a exigencias del compromiso firmado con el FMI: Bukele ordena el cierre de tres instituciones: Desaparece el hospital Chivo Pets, el Instituto de Bienestar Animal y Polipet, división de la Policía para velar por el bienestar de chuchos y gatos.

Las palabras del mandatario fueron contundentes: "El pueblo ha manifestado su inconformidad y si la percepción general es negativa, lo correcto es escuchar a la ciudadanía" que se quejaba de ser una institución para ricos. Muy dolido por semejante ingratitud para con su benefactor lamentaba "no recibir ni un solo agradecimiento a los veterinarios, ni publicación alguna diciendo algo bueno". Pero se disipó su pesar, con los 8,000 comentarios positivos que pudo leer, y lo decidieron a ordenar la reapertura del Chivo Pet, previamente remozado y con el anuncio de que se aumentaría su presupuesto.

Esto demuestra que el mandatario tiene dos oídos que cumplen diferentes funciones, pues mientras con uno escucha de inmediato los comentarios negativos y positivos del hospital veterinario, el otro, ligeramente atrofiado, no le ha permitido escuchar los clamores de los más de 10,000 salvadoreños estafados por COSAVI, que llevan más de un año exigiendo lo que les pertenece, sin que la Fiscalía ni la Superintendencia del Sistema Financiero procedan como es su obligación, especialmente cuando el escándalo ha aumentado al salir a la luz la variedad de empresas que rodeaban a COSAVI, para importar vinos de Francia, venderlos a precios superiores y finalmente darlos como regalo a los clientes VIP. 

Por el mismo oído sordo ingresan las protestas de los ahorrantes de las AFP, ante el abuso del gobierno bukelista, que una Reforma al Sistema de Pensiones elaborada sin ninguna participación de técnicos ni especialistas, permitió al gobierno servirse con cuchara grande y sin ningún límite, de los fondos de las AFP que usa como caja chica, habiendo retirado en muy poco tiempo más de $1,000 millones, cuando, según cálculos, la cantidad necesaria para pagar a los jubilados del ISSS y el INPEP no llega a los $400 millones anuales. Y aunque según la ley el porcentaje de la comisión de las AFP disminuiría a la mitad, las administradoras duplicon sus utilidades, porque la ley les quitó la obligación de pagar un seguro que cubriera los ahorros de las cuentas privadas. ¿Escuchará la exigencia del FMI de tener una verdadera y justa reforma de pensiones para julio del 2026?

Pero Bukele parece haber colocado un doble tapón en su otro oído, para no escuchar las protestas generadas por todos los estratos de la población sobre su decisión, inconsulta como todas, de derogar la ley que prohibía la explotación de la minería metálica en el país. Han surgido voces de campesinos, habitantes de las antiguas zonas mineras, demostrando el daño que ocasionaron a los ríos, animales, cultivos y a ellos mismos, que todavía adolecen de enfermedades causadas por la extracción del metal.

Opiniones de especialistas y de organizaciones defensoras del medio ambiente, de profesionales de la UES y de universidades extranjeras, advierten que los beneficios de la minería, que tanto exalta Bukele, nunca favorecen a la población, sino a las empresas autorizadas por el gobierno. Miles de ciudadanos han salido a las calles para exigir que prohíba la extracción minera. Pero el discurso presidencial no ha variado, asegurando gran desarrollo con una minería responsable, y los terrenos mineros han sido cercados y protegidos por efectivos del ejército.

La voz del pueblo se escucha cuando va en consonancia con el capricho presidencial, y nunca cuando se trata de temas que afligen al pueblo.

Maestra.

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