La situación en Haití es desgarradora y exige una respuesta urgente y coordinada de los principales actores regionales. En Haití existen más de 200 partidos políticos y una crisis estructural que ha permitido la intervención externa sin un plan efectivo, el país caribeño se enfrenta a una emergencia humanitaria sin precedentes. La violencia implacable, el hambre aguda y los desplazamientos internos han llevado a un millón 400 mil personas al borde de la hambruna, según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Además, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reporta que 314 mil personas están desplazadas internamente, de las cuales 180 mil son niños.
En este contexto, es crucial que los principales actores de la región SICA, principalmente, actúen de manera inmediata para abordar la inminente crisis migratoria que se avecina, somos la ruta migratoria. El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) y la Comunidad del Caribe (CARICOM) son algunos de los actores clave que deben desempeñar un papel activo en esta situación.
El SICA, en particular, debe asumir un liderazgo en la región y promover una visión integracionista que garantice una respuesta coordinada y efectiva a la crisis migratoria en Haití. El Plan de Acción Integral para la Migración en la región (PAIM-SICA) debe iniciarse de inmediato para enfrentar este desafío sin precedentes. Es hora de despertar a este elefante blanco y hacer uso de la experiencia acumulada en tantos años de trabajo dedicado para abordar la seguridad democrática en la región.
El PAIM-SICA es un plan regional derivado de un mandato presidencial emanado de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los 8 países que conforman el SICA, celebrada en Santo Domingo en junio de 2018. Este plan es de obligatorio cumplimiento por parte de la Secretaría General del SICA y del Consejo de ministros de Relaciones Exteriores. A pesar de estar listo para su presentación en 2020, el PAIM-SICA aún espera ser implementado. Solo se requiere voluntad política para cumplir con este mandato presidencial, lo que permitiría dotar a la región centroamericana de un instrumento poderoso para hacer frente a los grandes desafíos que enfrentan los 8 países del SICA en materia de movilidad humana.
Además, es fundamental que la sociedad civil organizada participe activamente en el proceso. Con su experiencia acumulada, las organizaciones de la sociedad civil pueden proponer planes y políticas que garanticen el respeto de los derechos humanos de la población migrante haitiana, La RROCM es un conglomerado de la sociedad civil capaz de acompañar.
Es necesario que CARICOM promueva la participación activa de la sociedad civil organizada en el consejo presidencial de transición, otorgándoles voz y voto en las decisiones para pacificar el país. Por otro lado, es importante que la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) se mantenga al margen de la politización de las acciones de los gobiernos. En momentos de elecciones políticas en varios países de la región, es crucial que las acciones de la CRM se centren en garantizar una respuesta humanitaria y no partidista ante la movilidad humana.
Y entonces, la situación en Haití requiere una acción urgente y coordinada de los principales actores regionales. Es imperativo que el SICA asuma un papel protagónico en esta acción. Ha llegado el momento de generar sinergias entre todas las organizaciones e instancias regionales, así como de abrirse al diálogo y la interlocución con las organizaciones de la sociedad civil, superando los recelos históricos. El tema de la movilidad humana concierne a toda la sociedad y a toda la región centroamericana y caribeña, y debería ser una prioridad absoluta para todos los países que la conforman.
Director AAMES
Asociación Agenda Migrante El Salvador