Todavía recordamos las imágenes lamentables de aquel incendio que consumía uno de los mercados más emblemáticos y queridos de la capital como lo es el mercado San Miguelito (a mediados del año 2021) , particularmente yo tengo buenos recuerdos del mercado San Miguelito cuando acompañaba a mi madre a comprar verduras, frutas en ese mercado en los años Ochenta y desde pequeño pude sentir el peculiar olor a mercado, el ambiente de comercio, de sonar monedas en los delantales y el contar los fajos de billetes (en colores rojos, grises, verdes, azules y morados), aquel momento del regateo y del "¿qué va querer amor?" y la buena vendedora que siempre le ajusta al comprador con más fruta, más guineos, más cebollas, y que es una manera de fidelización, todos esos grandes momentos los pude vivir en el mercado San Miguelito sobre todo los fines de semana cuando la gente metódicamente va a comprar.
También recuerdo de ese mercado las refrescantes horchatas, la famosísima horchata de arroz que es una delicia con aquellos pedazotes de hielo, también la famosa cebada que ahí venden, o la riquísima poleada espolvoreada con canela.
Incluso recordaba que ahí en el mercado San Miguelito conocí en los años 80 el famoso quesillo muy delicioso que actualmente se le echa las pupusas, también el famoso queso capa roja que ya muy poco se ve y también el casi extinto queso de capita, casi siempre te regalaban un pedacito para que lo probaras.
Esos son mis buenos recuerdos del mercado San Miguelito y por otra parte también ha sido el mercado que se caracteriza por suplir la mayoría de fiestas y celebraciones en nuestra ciudad capital, donde las personas pueden encontrar piñatas , encontrar juguetes, confeti, dulces , papel crespón, celofán, de China, etc. Pueden encontrar un sin número de implementos para poder armar y celebrar una bonita piñata a sus hijos o cualquier otra celebración.
Se me viene también a la mente ese fuerte olor a la flor crisantemo que es la flor que también adorna fiestas, bodas, quince años y también donde venden las famosas coronas para nuestros difuntos (sobre todo en periodo antes del 2 de noviembre) el olor a vegetal y a frescura, todas esas zonas húmedas de del mercado donde se preparan esas hermosísimas coronas y canastas con adornos florales para Iglesias, todo eso es el mercado San Miguelito, el que ha marcado el corazón y la mente de los capitalinos.
A tres años de esa mañana inesperada que el mercado se quemaba y columnas de humo negro se podían apreciar de diferentes puntos de San Salvador, era consumido por las llamas y sus vendedores, los dueños de puestos salían con sus ventas buscando refugio pensando salvar su vida y su inversión, su venta, ante un voraz incendio que robaba también años de historia de ese gran mercado de la capital.
Después de ese siniestro, obviamente las ventas tuvieron que adecuarse en calles aledañas, la alcaldía de San Salvador ordenó nuevamente a los vendedores provisionalmente en pasajes aledaños al cuadrante o manzana donde se ubicaba el mercado, mientras las llamas consumían la estructura, muchos pensaban cuánto tiempo iba a tardarse en renovar o reconstruir dicho mercado, bueno han pasado ya tres años y vemos que está emergiendo un moderno mercado, ajustado quizás a la demanda, y al tiempo del pleno siglo XXI.
Recientemente se ha visto que el mercado está siendo construido nuevamente y la obra se ve avanzada y lleva un rayo de esperanza nuevamente a los vendedores que han pasado tres años en esas calles aledañas sin vender lo que vendían antes.
Hace unos años escribí en esta sección de este prestigioso medio y sugerí sobre los mercados auto- sostenibles.
¿Será que el nuevo mercado San Miguelito estará a la altura de un mercado auto-sostenible?
Que aplicará la eficiencia energética, incluso con base en paneles solares, gestión de aguas residuales, arquitectura sostenible, también el aprovechamiento del desecho orgánico para composta, amplio parqueo, áreas de reciclaje y separación de desechos, internet, tarifas justas de acuerdo a lo que el nuevo mercado ofrecerá. Sin duda estamos a la expectativa del resurgir del Nuevo San Miguelito (como el ave Fénix) en el Siglo XXI librando la batalla con la inestable canasta básica y la crisis económica.
En X @Chmendia