El 22 de abril fue el Día Mundial de la Tierra y espontáneamente recordé lo que aprendimos en el sexto grado en los años Sesenta. Es uno de los planetas de nuestro sistema solar conformado, por El Sol, en el centro y a su alrededor, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.
Pero nuestro sistema solar, que se mantiene en equilibrio gracias a la atracción del Sol, es diminuto en el infinito espacio sideral. Ni los grandes y modernos telescopios que descubren galaxias cada vez más lejanas, vislumbran el final ni la dimensión de este inmenso espacio en el que vivimos y convivimos en nuestra Madre Tierra.
Pero nuestra Tierra sí es finita, tiene la forma de una naranja, con una superficie de 510 millones de kilómetros cuadrados, un radio de 6.378 y un perímetro de unos 42000 kilómetros. Si usted ya manejó en su carro 100.000 kilómetros, prácticamente, dio dos vueltas y media a la Tierra. Y si estuvo en la línea que divide la Tierra en los dos hemisferios, le mostraron como a cada lado los remolinos giran en sentido contrario.
Buscando lecturas sobre la tierra encontré el poema de Iliana Sánchez "La Tierra está muy triste”. La Tierra está triste porque el hombre despreció la pureza del aire, la frescura del agua y el rocío de la noche/ La Tierra está triste porque el hombre secó los húmedos prados, los ríos y los lagos; y el mar quedó solo/ La Tierra está triste porque el hombre cortó los árboles que le daban sombra y fruto/ La Tierra está triste porque el hombre quemó los campos, la selva y el bosque./ La Tierra está triste porque el hombre no quiere oler el aroma de las flores, ni mirar las bellas mariposas/ La Tierra está triste porque el hombre contaminó el agua y murieron los peces; contaminó el aire y murieron las aves/ La Tierra está triste porque el hombre silenció las discusiones nocturnas de las ranas y el trino matutino de los pajarillos/ La Tierra está triste porque el hombre mató al venado, a la ardilla y al águila; y mató al puma y al león/ La Tierra está triste porque el hombre se quedó solo.
Aunque todavía no es tanto como lo expresa el poema, sí es cierto que en esa dirección vamos y ojalá que aun estemos a tiempo de reorientarnos.
También encontré la visión del Papa Francisco sobre la Tierra… Desde que publicó el nombre que había elegido para su papado, Jorge Mario Bergoglio ligó su labor al frente de la Iglesia católica al medio ambiente y la defensa de la “casa común” de la Humanidad, el planeta Tierra. Eligió el nombre pensando en Francisco de Asís, patrón del ecologismo para la Iglesia católica.
El Papa Francisco puso al medio ambiente y al cambio climático en el centro de sus intervenciones en los foros mundiales, enfatizando que “cualquier daño que se le haga al medioambiente, es un daño que se le hace a la humanidad”. La crisis ecológica y la destrucción de la biodiversidad pondrán en peligro la existencia de la especie humana, pues los seres humanos forman parte de la naturaleza, vivimos en comunión con ella.
Y en su primera encíclica, de junio de 2015, “Laudato si”, trata los siguientes asuntos: Lo que le está pasando a nuestra casa. El Evangelio de la Creación. Raíz humana de la crisis ecológica. Una ecología integral. Algunas líneas de orientación y acción, y Educación espiritual ecológica”.
Y en las reuniones internacionales con la juventud, les aconsejó seguir trabajando y defendiendo a la Tierra del cambio climático.
Pues sí, amigos, con el fallecimiento del papa Francisco, nuevamente constatamos que todo es temporal y que de una fase pasamos a la siguiente. Esperemos que el próximo papa, dirigente de la Iglesia Católica, continúe enfatizando, entendamos y apliquemos la cultura de amor a la Tierra.
Ingeniero/Todo es más fácil y más sencillo con sentido común