Desde que se lanzó en 2019 Surf City, el impacto ha sido enorme, no solo renovar una antigua zona de surf, lanzar una marca que busca atrapar más turismo y llevarlo a nuestras costas.
El Salvador ha sido uno de los países que por años ha sido reconocido por tener una de las mejores playas para practicar ese interesante deporte, de olas cálidas impulsadas por el viento tranquilo y cortés del Pacífico, por tener aguas con excelente temperatura, libres de peligros, de depredadores en nuestras aguas. Registro nulo de ataques de tiburones en nuestras costas y otras criaturas marinas, además casi todo el año hay buen tiempo para el surf, no se limita por épocas, sino que todo el año se puede practicar el surf en nuestro país.
A pesar de no tener costa atlántica tenemos una gran franja de Costa litoral (321 kilómetros desde la desembocadura del rio Paz hasta el Golfo de Fonseca) el Surf está repuntando como deporte en nuestro país y eso es importante, a pesar de que siempre el deporte Rey es el fútbol y predomina en la mente de casi todos los salvadoreños.
Pero también el surf es un imán para el turismo y atrae a los practicantes de este deporte a nivel internacional y eso es lo que se debe aprovechar, ya se han realizado muchos campeonatos de ese deporte de relevancia mundial.
Sin embargo, hemos sostenido que es necesario poner en práctica el turismo sostenible, porque no es solamente hacer turismo y que las cosas caminen por sí solas, sino que también es necesario hacer conciencia, crear un plan, un esquema de políticas ambientales que también protejan el litoral salvadoreño de cualquier tipo de contaminación, incluso la que deja el turismo.
Por qué es importante decirlo, el turismo muchas veces deja ese rastro sucio y desconsiderado en muchos lugares, destruye las reservas y contamina el océano. Y no solo El Salvador sería la excepción sino toda Latinoamérica porque muchas veces no somos conscientes y actuamos con irresponsabilidad. Y las autoridades no presionan porque carecen de políticas.
A pesar de la potencialidad de Surf City y todo lo que pueda jalar en turismo, el país está desprotegido ante la contaminación, sobre todo de plástico y los materiales que muchas veces se llevan a la costa o que también la arrastran los ríos hacia la costa de nuestro país, desde tierras altas.
La costa sigue siendo un lugar desprotegido, todavía no hay una articulación que propicie una economía circular en esos sectores litorales que están aún empobrecidos y que todavía siguen esperando el desarrollo. El impulso económico en esas zonas no es palpable aun, todavía no hay un esquema bien planteado de puntos limpios en el litoral salvadoreño.
Todavía existe deficiencia en la recolección de los desechos, la gente en los sectores litorales todavía entierra la basura o la queman y también hay mucha desconsideración de visitantes, dueños de casas de playa que dejan la basura o simplemente las corrientes marinas se llevan esa suciedad producto de la responsabilidad de cada uno.
Todavía no hay una planificación seria que lleve a cabo una recolección o una recuperación del material plástico que genera una circularidad y una reintroducción de este material a la industria y que eso sea periódico y sistematizado no solamente con los entusiastas que llegan a las playas con sus empresas a recolectar material o simplemente a limpiar.
No es que esa acción sea mala pero el problema es que es muchas veces es intermitente y en esta problemática se tiene que ser constante o lo más idóneo: Permanente. Que no deje espacio para la contaminación o la sobre acumulación, eso puede ser muy caro o muy complicado y con deficiente sistema de recolección municipal, desastroso. Existen mentes ágiles en nuestro país para poder idear un plan ambicioso en las zonas del sector litoral de nuestro país, pero estas mentes necesitan apoyo y financiamiento, tener una buena idea no lo es todo.
Como primer aspecto: Crear más puntos limpios en el litoral apoyados por la tecnología, se pueden hacer, pero solo es cuestión de voluntad y organización por parte de empresas, instituciones y sociedad civil.
Solo es cuestión de voluntad, no es cosa de otro mundo y tener un buen plan que permita llegar a metas trazadas y que esto se traduzca en la verdadera limpieza del océano Pacífico. Vidrio, Plástico, cartón, la cadena de supermercado que acaba de abrir sucursal en el litoral debería colaborar y comprometerse más con el medio ambiente, poner a disposición un espacio para receptar reciclaje. No solo el plástico contamina, también las aguas residuales, es un gran crimen ambiental que las aguas putrefactas se arrojen al océano sin ningún tratamiento. Pero este gobierno y gracias a FOMILENIO II lograron construir una planta de tratamiento en el Zonte, La Libertad. Que beneficia a más de 2,000 personas y disminuye la carga de contaminación al océano, hay una cuota de conciencia, ahora falta el sector privado y el gremio de restaurantes.
+Ambientalista y publicista