“La antropología es la ciencia que estudia al ser humano de una forma integral, de sus características físicas y de su cultura, que es el único rasgo no biológico. Para abarcar la materia de su estudio, la antropología recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias sociales y las ciencias naturales.
La aspiración de la disciplina antropológica es producir conocimiento sobre el ser humano en diversas esferas, intentando abarcar tanto las estructuras sociales de la actualidad, la evolución biológica de nuestra especie, el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido y la diversidad de expresiones culturales y lingüísticas que caracterizan a la humanidad”.
“La palabra “antropo” proviene del griego “ἀνθρωπο” (anthrōpo) y se utiliza como elemento compositivo en palabras relacionadas con el hombre o los seres humanos”. Aquí hay otras definiciones que da la inteligencia artificial: “Antropología: La disciplina que estudia al ser humano en su aspecto físico, cultural y social. Antropomorfo: Que tiene forma o características humanas”.
Se define Medicina como el “Conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir”. ¡Que hermoso dúo! Por un lado, tenemos a una ciencia que estudia al ser humano, sus características físicas como animales y de su cultura, y por otro lado, tenemos a la medicina, que tales conocimientos y técnicas van aplicados a ese hombre que existe desde la historia misma.
No podemos separar ni por un momento a la antropología de la medicina. No entraré en cuestionarme ¿quién va primero? Esto es demasiado interesante para que una o la otra tomen relevancia; lo que debemos revisar es esa conexión histórica entre el hombre y su salud; miles de años han pasado y tal binomio siguen tomados de la mano y lamentablemente en las escuelas de medicina se ve al paciente más como un solitario ser. Así las cosas.
Sin embargo, deben estas líneas interesar al más desconfiado y dudoso, pues desde que el ser humano existe, la medicina y la antropología van de la mano; sin embargo, debo preguntarme ¿qué vuelve tan interesante el binomio antropología- medicina?
Hay tantas cosas y quizá debemos volver la mirada a un hombre un poco diferente para que le pongamos el cascabel al gato, debemos buscar al “hombre pobre”, al “hombre campesino”, al “Hombre olvidado” que en esa aparente ignorancia resulta más sabio que el médico más pintado de un hospital, es ese hombre que nació y murió respetando a la flora, a la fauna y que de ellos, obtuvo sus medicamentos, que de ellos hizo de su vida un campo holístico donde la medicina era una ciencia que, se practicaba con todos los conocimientos transmitidos de generación en generación.
Poco a poco la tecnología, las mejoras en los caminos y otros colaboran en que la magia del ejercicio de una medicina basada en plantas, fases lunares vayan quedando en el olvido; vale la pena recordar que aun, en muchísimas áreas rurales antes de visitar a un médico, se lleva al paciente donde “el sobador”, quien es un líder en la comunidad y revisando la historia tenemos un mito en apariencia cuando hablamos del “Empacho”, y ante tal dolama es el sobador quien se encarga de sanar al paciente, muchísimas personas no creerán qué sucede cuando “se soba” a un paciente; debemos remitirnos a la Francia antigua y buscar que el “Empacho” ellos lo curaban “sobando” el área abdominal, pero ¿cuál era tal propósito?
Era “sobar” los nervios que inervan al área abdominal para disminuir los síntomas y signos de lo que en medicina llamamos dispepsia. Viajamos desde Francia a nuestros días, el hombre fue, es y seguirá siendo el mismo y es ahí donde la antropología, el conocernos como hombres, como sociedades y cuando eso suceda, sin duda alguna habrá una mejor comprensión de la antropología como una ciencia importantísima junto a la medicina. En tal sentido este y tres artículos más estarán enfocados en la antropología y la medicina.
Médico.