Parece mentira pero en El Salvador ninguna de las seis y quizás más universidades que forman y producen médicos y profesionales relacionados con la salud dispone de un Hospital Escuela propiamente dicho, me refiero diseñado, construido y equipado con fines docentes, que cumpla con los requisitos y normativas que establece la educación médica moderna. Desafortunadamente en el medio salvadoreño este delicado asunto se atiende con empirismo e improvisación.
Si el principal centro de atención que se utiliza para adiestrar personal de salud adolece de desabastecimientos, carencias, rezago tecnológico y limitaciones diversas cae por su peso la interrogante ¿En qué condiciones estarán los demás nosocomios donde los jóvenes hacen sus prácticas? Además de lo apuntado, el primero no pasa de ser un nosocomio médico quirúrgico (No un Hospital General) en el que confluyen, desde la óptica nivel de complejidad, más elementos secundarios que terciarios. Lo que llama la atención es que aún con esos vacíos primarios es impresionante como con esfuerzos, dedicación y haciendo de tripas corazón, la mayoría de jóvenes estudiantes logra salir adelante con sus practicas y culminar la profesión.
La doctrina establece que todo centro hospitalario debe contar con la estructura organizacional acorde con los objetivos cuali y cuanti que pretende alcanzar por año de funcionamiento; no obstante, el modelo de organización usado para el entrenamiento de estudiantes se mantiene sin mayores cambios desde hace mas de medio siglo y se reduce a “sacar trabajo y hacer lo que se pueda”. En los países civilizados como Israel, los EUA, Francia, Alemania, etc. la dinámica docente/asistencial tiene tantas innovaciones que el desfase nos ubica con medio siglo, quizás más, de retraso.
En lo que respecta a la formación del medico salvadoreño, transcurrida y finalizada la etapa preclínica o prehospitalaria, se inicia la segunda conocida por hospitalaria por lo común en el 3er. Curso (4° año con la Pre Médica). Zanjados los trámites para definir donde le tocará hacer sus prácticas, en teoría podría comenzar en Cirugía, Pediatría o Gineco Obstetricia; sin embargo, lo recomendable de acuerdo al diseño curricular es comenzar en Medicina. Es aquí donde entrará en contacto por primera vez con el enfermo, aprenderá a establecer la relación medico/paciente, conocer su lenguaje y su forma de describir sus síntomas. Comenzar en los servicios de hospitalización de Medicina es clave para asimilar el adiestramiento en las especialidades que vendrán más adelante.
El aprendizaje teórico práctico continuará en los siguientes tres o cuatro años y no depende exclusivamente de los tutores porque tienen protagonismo los jefes de Médicos Residentes, los médicos residentes, los especialistas de turno, los internos del 6° Curso y los jefes de los servicios de apoyo (Laboratorio Clínico, Imágenes Médicas, Patología, etc.). No pocas veces el joven practicante se apoya en el personal de enfermería por ejemplo cuando colecta diversas muestras para el laboratorio o realiza alguno de los varios procedimientos. La enfermera jefa del servicio dada su experiencia, por lo general es la que aporta valiosos consejos de orden práctico y más de alguna vez ayuda al estudiante cuando se le “traban las carretas”.
Hace tres cuartos de siglo los grandes maestros de medicina a lo sumo atendían 30 o 40 estudiantes y enseñaban mientras desempeñaban su trabajo en la consulta externa, emergencias, hospitalización, quirófano o sala de partos, pero cuando los primeros se retiraban el funcionamiento del hospital prácticamente quedaba en manos de los médicos residentes y practicantes. Y naturalmente el aprendizaje dependía mayormente de su iniciativa ya que enfermos los había en abundancia.
En la actualidad los tiempos y las circunstancias han cambiado y ya no se trata de una Facultad de Medicina sino de por lo menos seis, tampoco de 30 a 40 jóvenes practicantes, sino de diez a quince veces más. Una decisión que está a la vuelta de la esquina, que de una buena vez resuelva la situación y no le dé más largas al asunto, es que varias universidades privadas unan sus esfuerzos y construyan un moderno hospital universitario y un centro de investigación anexo que satisfaga las correspondientes demandas. La idea es ya no depender de los nosocomios de la red pública que bien o malamente, ya cumplieron con su parte por más de un siglo.
Médico.