“Del dicho al hecho, hay un gran trecho” dice un antiguo refrán castellano, que caracteriza a NI , que promete el oro y el moro, como algo histórico, nunca cumplido por gobiernos anteriores, pero que hoy será realidad gracias a nuestro presidente Nayib Bukele, como terminan todos los discursos de los funcionarios, con fotos, aplausos, primeras piedras, que jamás se materializan para decepción de los pobladores que por un momento creyeron que sus sueños serían realidad: nuevas escuelas, unidades de salud, calles pavimentadas, que luego de un año todo sigue igual, o peor.
Desde hace varias semanas, fotoperiodistas de El Diario de Hoy han realizado un excelente trabajo de investigación en diferentes caseríos cuyos habitantes han sido víctima de promesas incumplidas del Ministerio de Educación, que no solo fueron engañados, sino que sus escuelas fueron demolidas, dejándolos en situaciones peores, sin escuela, y buscando alternativas para que los alumnos no pierdan el año.
En San Pedro Perulapán el Ministro Pineda puso la primera piedra en agosto del 2023, sobre una plancha de concreto, en la que una columna de hierro demostraba el inicio de un Instituto Nacional. El MINED aseguró en su página web que en el marco de la Reforma Mi Nueva Escuela, “seguimos saldando una deuda histórica más en infraestructura educativa pública, pues durante décadas no hubo una intervención real y significativa”. Y aquí terminó la promesa, pues a la fecha, el monte ha invadido la plancha de cemento, donde hoy pastan cabras.
En el caserío Potrerillos, Cantón San Francisco Iraheta, Cabañas, a finales del 2023 el MINED derribó la escuela para cuya construcción habían contribuido los habitantes con fondos de la comunidad. La promesa de mejores instalaciones no se cumplió nunca, dejando a los habitantes sin esperanzas de mejora.
En el caserío Huiscoyol, Cantón Trinidad, Sensuntepeque, se encargó la remodelación de la escuela a una empresa mexicana, que pronto abandonó los trabajos, sin haber pagado a los trabajadores., ante la indiferencia del MINED.
Esta escuela, construida en 2012, un edificio de dos plantas que contaba, según el Sistema de Información para la Gestión Educativa (SIGET)con biblioteca, sala de informática, laboratorio de ciencias, sala de música, enfermería y cafetería, algunas dotadas de aire acondicionado. Actualmente, el edificio está totalmente desmantelado, con los equipos de aire acondicionado abandonados, así como servicios sanitarios rotos a la intemperie. Los profesores no pudieron dar información, porque no les está permitido, pero tomaban su almuerzo en una champa protegida por plásticos negros.
En el cantón La Ceibita, La Unión, la escuela está abandonada desde principios de este año, con promesas de remodelación. Los alumnos reciben clases en casas de adobe, que tienen como baño letrinas aboneras, consistentes en cuatro paredes, con dos tazas sin división, con el techo roto, y un sucio pedazo de tela haciendo oficio de puerta. ¡Qué desprecio para los niños y sus padres!
En el Centro Escolar Omep Monte Zel, en Jucuapa, con la promesa de construcción de nuevas instalaciones, el MINED ordenó suspender las clases, por lo que los padres están alquilando casas, ya que los trabajadores quitaron puertas y ventanas, techos y hasta los ladrillos. Otra comunidad frustrada y engañada.
La promesa de construir 5,150 escuelas fue falsa, pero lo más grave ha sido destruir instalaciones que todavía podían usarse, para dejar a los alumnos recibiendo clases en lugares que no reúnen las mínimas condiciones. Del dicho al hecho, hay un gran trecho, porque el bukelismo ha demostrado su desprecio por la educación, al quitarle $60 millones al presupuesto del MINED, suprimir casas de la cultura, el coro y la sinfónica, olvidándose que el pueblo que lo eligió tiene derecho a programas sociales que hagan posible una mejora en su estilo de vida. El despertar ha sido amargo, mientras Bukele sigue disfrutando de las mieles del poder, engañando al mundo con su demoledor aparato de falsa propaganda.
Maestra.