"Echar la basura bajo la alfombra” se refiere a las haraganas, que tratan de encubrir la suciedad y el bukelismo desde que llegó al poder ha echado su corrupción bajo la inmensa alfombra del secretismo, decretando reserva hasta por 7 años a toda información sobre el uso de fondos públicos. Esta alfombra ha cubierto la publicación del resultado del informe del FMI sobre las finanzas del país, a raíz de la reciente visita de funcionarios de ese organismo. ¡Cuánta basura se ha metido dentro de esa alfombra, para esconder lo que ha hecho este gobierno con los millones de dólares recaudados de los impuestos y la cada vez más creciente deuda pública!
El FMI consideró las ventajas de mejorar la calificación del país con el prepago de la deuda. Pero cuando la mayor parte del presupuesto fue para cubrir esas obligaciones, la pregunta del millón fue ¿de dónde salió tanto dinero? ¿Y por qué irresponsablemente el ministro Zelaya afirmó que a él no le preocupaba la deuda? Bukele reaccionó con un tuit quejándose de haber sido criticado por pagar la deuda, lo que en su opinión merecería alabanzas por su buen manejo de las finanzas públicas, como lo anuncian las voces aduladoras y los medios de comunicación pagados.
Hoy se sabe que para honrar la deuda, no se recortó el gasto público, ni el millonario presupuesto de CAPRES, ni los viajes de los diputados para hacer campaña adelantada. Los recortes se realizaron en lo que no dañe los beneficios de funcionarios de Nuevas Ideas, sino de los programas de ayuda a la población que vive en la pobreza: salud, educación y programas de infraestructura, porque aliviar la dolorosa situación que atraviesa el sector más vulnerable de la población no es prioridad.
Hacen oídos sordos al clamor de los agricultores sobre las contradicciones de los ministros de Agricultura y Educación en cuanto al frijol. El de Educación afirma que no hay frijol en el país, para justificar el negocio de importarlo, y por eso no se cumplió con el programa de alimentación escolar, pero los productores niegan que haya escasez. Los maestros lamentan tener que pedir colaboración a los padres de familia para reponer lo que el GOES no mandó.
Las cifras desmienten la afirmación del bukelismo de que cuando nadie roba el dinero alcanza. En Educación el presupuesto disminuyó del 4.6% del PIB a 3.9% en 2022. En Salud, del 3.5% del PIB a 3.4%. y en obra púbica bajó de 1.5% a 0.9%. Resultado: nada de reparar escuelas ni dotarlas de internet a pesar de promesas y fotografías, y menos cumplirles a los maestros. Tampoco habrá hospital Rosales, ni las medicinas necesarias, ni pagar el seguro prometido a las familias de médicos fallecidos en la pandemia.
Más de un año bajo régimen de excepción, con más de 60,000 presos, la gran mayoría inocentes, pero el Ministro de Seguridad se jacta de haber liberado 4,000 porque “ni nosotros como miembros de gabinete ni el Presidente Bukele vamos a dormir tranquilos si condenamos a un inocente”. ¿Y los miles de inocentes condenados a soportar hacinamiento, torturas, mala alimentación y humillaciones? ¿Y los lamentos de sus familias sin el apoyo moral y económico de sus seres queridos injustamente detenidos, y les toca endeudarse para comprar los insumos que exige el sistema penitenciario, no les quita el sueño?
Con la amenaza de la reelección anticonstitucional, la alfombra que cubre la corrupción de este régimen no será lo suficientemente grande para cubrir los manejos que se esperan en las elecciones del 2024 y el resto de tiempo que Bukele decida mantenerse en el poder. ¡Sólo Dios con nosotros!
Maestra.