Desde hace 5 años, en el Centro Universitario de Neurociencia de la Universidad Francisco Gavidia, iniciamos la línea de investigación sobre “Ciencias del Comportamiento Humano”, tomando como base teórica los planteamientos de Albert Ellis (ABC Theory), Ignacio Martín-Baró (Psicología social), Kurt Lewin (Campos de fuerzas) y Mel Levine (Constructos neuroevolutivos).
Desde el punto de vista metodológico se asumieron los planteamientos de UNICEF -Social Behaviour Change-: «Las ciencias del comportamiento aplicadas combinan la investigación y evidencia cualitativa minuciosa de las ciencias cognitivas y la psicología para formular una comprensión profunda de un contexto particular y de cómo sus características pueden motivar o impedir comportamientos específicos. El uso de un enfoque con base empírica puede mejorar drásticamente la aceptabilidad, relevancia e impacto de programas y políticas».
En este contexto buscamos comprender los entramados de los comportamientos sociales, culturales, políticos y económicos de los salvadoreños (as); tomando conceptos de la psicología, las ciencias cognitivas, las ciencias sociales y la economía para comprender la relación entre nuestras cualidades humanas innatas y el contexto en el que vivimos, a fin de alentar e inhibir el comportamiento, según sea el caso.
Los elementos fundamentales de esta línea de investigación han sido siete áreas de trabajo: 1.- La importancia del contexto; 2.- Identificar sesgos cognitivos; 3.- Comprender la heurística de las decisiones; 4.- Segmentar los campos de comportamiento; 5.- Predicción de comportamientos; 6.- Identificar las brechas entre intención y acción; y 7 comprender la arquitectura de la elección.
A la fecha hemos publicado 8 ediciones de la encuesta sobre “Humor social y político”; se ha realizado un experimento de psicología social sobre ideología; se han publicado tres libros: “La Curva del aprendizaje: Un enfoque neuroevolutivo” (Picardo & Ábrego, 2019); el anuario de investigaciones del Centro Universitario de Neurociencia -versión bilingüe- (AaVv, 2022); y “Psiquiatría Política: Relatos ideológicos del cerebro” (Picardo, 2023).
Los principales hallazgos de nuestra investigación nos han permitido llegar a ciertas conclusiones sobre el comportamiento salvadoreño, -en continuidad con ciertos antecedentes conocidos desde diversas perspectivas: Antropología: “La Cultura del Diablo” de Humberto Velázquez; Literatura: “El Asco” de Horacio Castellanos Moya; “Poema de Amor” de Roque Dalton; y Psicología: “Acción e ideología y otros aportes de Ignacio Martín-Baró-, que a continuación compartimos. Con la aclaración de las limitaciones propias de categorías sustentadas en criterios estadísticos y medias aritméticas de análisis, sin generalizar pero identificado ciertos énfasis o fenómenos encontrados.
1.- Pensamiento religioso: La gran mayoría de las personas se consideran muy religiosas o creyentes; y podríamos intuir en una escala o baremo, que entre el pensamiento religioso y el científico predomina efectivamente una cosmovisión 80% religiosa y 20% científica (algo que se medirá específicamente pronto).
2.- Tipo de pensamiento religioso: No se identifica una conducta moralmente sólida, sino volátil, superficial o infantilizada; más cercano a una visión mítica y mágica de la religión; los practicantes se reducen a la mitad, y hay una creencia estigmatizada de la predestinación o providencia, en dónde Dios interviene en la vida de la gente. Curiosamente, dentro de los 10 sitios más visitados por los salvadoreños según la analítica de Google, 2 son de pornografía.
3.- Tipo de inteligencia social: Sobre una base de estudio de neuromarcadores (2021), se llegó a la siguiente conclusión: Las debilidades identificadas en los marcadores neuroevolutivos o constructos son: el pensamiento espacial, secuencial-temporal, atención, lingüística y motor; sin embargo, las fortalezas son el pensamiento abstracto superior, el social y la memoria. El pensamiento crítico está vinculado a la masa de profesionales universitarios, sólo 1 de cada 10. Esta fotografía proviene de un sistema educativo poco eficaz y en progresivo deterioro, con pocos hábitos de lectura, y en dónde la pedagogía se caracteriza por el axioma: “se conoce o se sabe, pero no se comprende ni aplica lo aprendido”.
4.- Ideologías: Considerando las ideologías como un sistema de ideas que representan o encubren intereses, valores y principios; no sólo de los individuos sino en la realidad grupal y en la manera como el individuo se inserta en los grupos sociales en una determinada situación histórica a través de representaciones (imágenes, mitos, ideas, conceptos, esquemas vitales psicosociales); se puede concluir que estos sistemas de ideas son vulnerables y se modifican sobre la base de necesidades socio-económicas y se manifiesta en el fenómeno de “satisfacción vicariante”, en dónde las frustraciones son resueltas con propuestas arquetípicas o ideales.
5.- La dimensión social: Actualmente, en plena transformación digital, las principales relaciones sociales están mediadas por el teléfono móvil y las redes sociales; la gente se comunica y comparte información, ideas, fotos, videos, memes, bulos, fakenews, y esto configura una forma de ser, estar y pensar en la sociedad. Se han identificado problemas del “yo digital” en un segmento importante de la población, en dónde existe una incongruencia entre la persona real y lo que proyecta en sus perfiles de redes sociales. Se ha amplificado el odio, el insulto y la mentira, como un mecanismo de existencia y defensa. Asimismo, el juego que determina la plasticidad cerebral, particularmente los videojuegos, fomentan un ser aislado y con limitadas relaciones sociales, algo que pasará factura en el futuro.
6.- Sesgos: El principal sesgo cognitivo identificado es la creencia mesiánica de que alguien, una sola persona, poderosa, solucionará los problemas del país, y que se debe confiar a ciegas en este modelo, incluso jurar lealtad, evadiendo la responsabilidad individual y comunitaria. Esta idea superlativa está por encima de toda evidencia científica, creando un marco de relación basada en la “fe” como forma de conocimiento, lo cual es congruente con el pensamiento religioso. Algo importante: Una marca o nombre fuerte crean defensores emocionales. Cuando la gente confía en esa marca o en ese nombre, perdona tus errores. Te elige sobre los demás y se convierten en defensores por largo tiempo.
7.- Contexto: Existe un marco cultural e histórico importante como antecedente. Pero, producto de todo lo anterior y de otras herramientas jurídicas negativas, se ha creado una atmósfera de “miedo” a discrepar, opinar o criticar; “lo políticamente correcto” es una nueva realidad que se adecúa a dos factores: las necesidades de la gente y la prospectiva imaginaria de un futuro que será mejor.
Skinner decía: “Las personas construyen la sociedad y la sociedad construye a las personas…”; se trata de un círculo cultural que puede ser virtuoso o pernicioso; pero esto depende de los liderazgos políticos, empresariales, culturales, académicos, como guías de la sociedad. No debemos dejar de lado que nuestra sociedad posee enfermedades crónicas asociadas a la migración y a la violencia, dejando como consecuencia familias muy disfuncionales y con un alto porcentaje de abandono, es decir sin una guía u orientación para la niñez y la adolescencia. Nuestro futuro está muy comprometido, y no podemos esperar mucho del sistema educativo, que pasa por un mal momento de ineficiencia. Sin padres o madres, sin maestros referentes y con políticos poco honestos ¿qué podemos esperar del comportamiento…?
Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor. Nos disculpamos por las posibles e involuntarias erratas cometidas, sean estas relacionadas con lo educativo, lo científico o lo editorial.
Investigador Educativo/opicardo@uoc.edu