El 23 de abril pasado, el Senado estadounidense avaló un plan de ayuda de 95 mil millones de dólares: $61 mil millones para Ucrania, $26.400 millones para Israel y el resto para Taiwán, así como una recomendación sobre Tiktok que más bien parece un ultimátum.
Tantos apoyos que revelan los diferentes teatros de operaciones sobre los cuales están involucrados los Estados Unidos. Demuestran el enlace que hace Washington entre ellos y las tensiones globales que estamos enfrentando sobre frentes externos tanto como internamente. Por ejemplo, la situación en las universidades norteamericanas revela las fracturas que puede haber no solamente sobre la actualidad, en este caso de Medio Oriente, sino sobre el modelo de sociedad y de valores, que llevan políticas nacionales. La adopción del plan de apoyo con un compromiso personal del presidente Biden parece demostrar una determinación a cualquier precio, ubicándose sobre una proyección del mundo que parece organizarse en nuevos bloques bajo una perspectiva que podría llevar a una confrontación ideológica contemporánea.
Tras firmar la proposición de ley avalada en el Senado, Joe Biden se dirigió a la nación. Por cierto, había urgencia sobre todos los frentes, en particular en Ucrania que representa una urgencia geográfica y militar. Taiwán lleva una dimensión preventiva y disuasiva. La amenaza iraní, y con ella, el riesgo de proliferación nuclear, se inscribe a la vez en una voluntad de "containment", una contención de influencia (que fuese a través de aliados como los Huties en Yemen, milicias en Iraq o el Herzbolá en Líbano) en una región puesta bajo presión y amenaza de estallido militar. El tema de Tiktok lleva sobre la penetración del mercado interno, de la sociedad norteamericana. Contiene un gran aspecto de sospechas de un riesgo de una inteligencia hostil.
Pero el eje central del plan concierne Ucrania. Volodimir Zelenski no se equivocó al afirmar que se trataba de "una ayuda vital" para su país. El secretario general de la la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, afirmó en Berlín, que "aún no es demasiado tarde para que Ucrania gane porque un mayor apoyo está en camino" mientras "en los últimos meses, los aliados de la OTAN no han proporcionado el apoyo” que habían prometido. Por cierto, el invierno 2024, ha sido difícil para Kiev. Al suelo, Rusia a pesar de una progresión difícil, logró aumentar su producción industrial de armamento, consolidando sus posiciones en el este de Ucrania.
Estas últimas semanas ataques de drones sobre la capital revelaban las dificultades ucranianas de control de la seguridad aérea mientras al suelo, se hacían sentir una escasez de municiones tanto como de soldados. Unos localidades han sido conquistadas por el ejército ruso como Pervomaiskyi, tanto como Otcheretyne en el Oblast de Donetsk. El frente se extiende sobre 1000 kilómetros, desde Odessa, en el sur hasta Kharkiv, en el norte este. Por lo tanto, Kiev logró golpes sobre la marina rusa en el Mar Negro.
La asistencia norteamericana, desacelerada estas últimas semanas, puede volver a Ucrania. Una ilustración de esta nueva dinámica surgió hace pocos días, mientras fue revelado que los Estados Unidos habían entregado misiles de medio alcance ATACMS. Pueden alcanzar bases rusas o instalaciones hasta 300 kilómetros del frente y ya fueron usados. Fue una información revelada mientras el presidente norte americano dio a conocer que varios misiles habían sido entregados antes de la firma del plan y ya fueron usados.
Estos misiles habían sido usados durante la primera guerra de Irak (1991). Cuentan con 3700 unidades, la producción se acabó en 2007. Pero por cierto, vuelven símbolos de una nueva operacionalidad ucraniana que debe ser doblada de una capacidad en término de soldados : bajando la edad de movilización de 27 hasta 25 años, obstaculizando la salida de los hombres en edad de combatir, Kiev quiere reforzar sus medios para resistir a Moscú. Más que nunca, el año 2024 se vuelve crucial en esta guerra que cuestiona tanto sobre las consecuencias que llevarán como los modelos de sociedades como blancos geográficos.
Varios países en Europa Central y Oriental, , como Moldavia y Georgia, están preocupados. La Unión Europea, en plenas elecciones que tendrán lugar durante el próximo junio para elegir a sus diputados, sabe que esta guerra lleva también sobre su porvenir y capacidad en defenderse, tanto en alianza y enlace con la OTAN como por medios propios. Ucrania está volviéndose una clave en la guerra ideológica en la cual las relaciones internacionales se están organizando.
Politólogo francés y especialista en temas internacionales.