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Pasaron dos años desde el principio de la guerra entre Ucrania y Rusia, el 23 de febrero de 2022. Abordando el tercer ano de este conflicto activo, con repercusiones internacionales económicas, comerciales tanto como geopolíticas, ningún signo de desescalada apareció. Al contrario.
Las posiciones se han evaluado desde entonces. El frente se desplazó en el este de Ucrania, cuando Kiev aparecía en 2022 amenazada. Nunca cayó la capital, pero la presión militar sigue fuerte. Las zonas de combates se ubican por la región del Donbás rusófono y de las ciudades portuarias alrededor del mar Negro. Con el frente, son dos países al principio que luchan entre ellos. Dos visiones de las sociedades, dos proyectos que finalmente se oponen, acelerando la constitución, durante dos años, de una nueva bipolaridad que no quiere decir su apellido.
A diferencia del conflicto Este-Oeste que se gestó al final de los años 1940, contando con un modelo ideológico, de seguridad, geográfico, con fronteras establecidas en Berlín, en Europa, en Asia central y el Caribe, siendo completados con focos en África, en América Latina y en el Medio Oriente, la situación contemporánea sigue siendo flexible. Se pone siempre más tensa pero todavía, la organización estructural de las relaciones internacionales no se concretó. Hoy en día, la guerra entre Rusia e Ucrania, llamada por Moscú como "una operación militar especial", aceleró la conciencia de la necesidad de constituir alianzas políticas que contribuyen en reforzar posiciones militares. Esta realidad contribuye a hacer aparecer las condiciones de una nueva "guerra ideológica".
Se están instalando dos tendencias: los adversarios o críticos del orden mundial que surgieron de la victoria de los Aliados en 1945, adaptado a partir de 1991 con la caída de la ex-URSS. Tiene un apellido: el Sur Global. ¿Su fuerza? Una dimensión internacional. ¿Su debilidad ? La diversidad de sus miembros y de sus intereses. Que tendrá en común la República Popular de China, potencia económica global, e Irán por ejemplo? ¿Rusia podría ser el líder de esta visión, pero será del interés de Brasil en asociarse de manera irrevocable, a este proceso? Frente al "Sur Global", las posiciones de un Occidente que no es tan monolítico como quisiera aparecer.
Evoluciones internas, debates de sociedad haciendo evaluar una visión histórica, a través del "wokismo" como de una capacidad a proyectar un modelo, posiciones en el exterior que cambian al ritmo de los cambios económicos, han contribuido a asumir una nueva firmeza. Por ejemplo, pocos meses antes de las elecciones presidenciales que se perfilan como una nueva confrontación entre el presidente saliente, Joe Biden, y su predecesor, Donald Trump, interrogantes sobre el apoyo de Washington a Ucrania se han vuelto en el centro de las estrategias.
Los europeos están entendiendo que deben favorecer un cambio que entra en contradicción con su modelo adoptado desde los años 1950. Es decir que confiaron los temas de seguridad a la OTAN, la Alianza del Tratado Atlántico Norte creada en 1949. Poniéndose bajo más protección nuclear de los Estados unidos, a pesar de que Francia haya logrado adquirir este potencial desde los anos 1960, privilegiaron el bienestar y el consumo.
Por cierto, los europeos habían conocido dos conflictos en 30 años, provocando destrucciones, debilidad económica, obligando por ejemplo a Gran Bretaña y Francia a abandonar sus imperios coloniales mientras los Estados Unidos se convirtieron la primera potencia mundial. Hoy en día, la perspectiva de una elección de Donald Trump a la Casa blanca, obliga los europeos en reforzar su potencial militaro-industrial, entendiendo que existe una duda sobre el compromiso militar.
Es una arquitectura de seguridad que puede ser puesta en tela de juicio, explicando una posición del presidente francés, esta semana. Macron dejó por primera vez entrever la posibilidad de un despliegue de militares europeos en Ucrania. No está considerado hoy en día, pero el tabú ya no existe. Vladimir Putin no se equivoco: a dos semanas de una reelección, pone en guardia la OTAN y retoma el discurso de las grandes horas de la disuasión nuclear. Por cierto, dos años después, Vladimir Putin reforzó su régimen, enfocándose en una mutación de economía de guerra, medios tecnológicos y de inteligencia que aparecen a través del conflicto de desinformación. En medio de esta realidad, ¿cuáles pueden ser las perspectivas al principio del tercer ano de guerra? La contraofensiva ucraniana no logró provocar un impulso haciendo aparecer ganancias territoriales.
A pesar del nuevo apoyo financiero de la Unión Europea que acaba de otorgar 50 mil millones de euros y en la espera de la ayuda de 60 mil millones de Washington todavía en debate en el Congreso, las posiciones sobre el terreno se evalúan poco. Washington estimo a 70,000 los soldados ucranianos muertos, más de 10,000 civiles. Cuatro millones de ucranianos salieron de su país. Rusia afirma que fueron 383,000 los soldados ucranianos muertos mientras el Reino Unido como los Estados Unidos afirman que 315,000 soldados rusos murieron en los combates. La incertidumbre crece a raíz de las elecciones en los Estados Unidos mientras la guerra ideológica toma fuerza.
Mas que nunca, se instala para un tiempo largo la guerra entre Ucrania y Rusia.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.