¡Yevgueni Prigozhin, el líder del grupo paramilitar ruso, ha muerto! La caída de su avión Embraer Legacy 600, entre Moscú y San Petersburgo con un total de 10 personas, sonó como un trueno el 23 de agosto pasado. Ya sea en Rusia como en el escenario internacional, el mensaje está claro: no se puede amenazar o asombrar el poder del presidente Putin. Por cierto, a pesar del anuncio de una investigación, pocos en el extranjero dudan del carácter “intencional” del hecho ocurrido cerca del pueblo de Kujenkino, 12 minutos después de su despegue.
Esta resonancia demuestra el papel que había tomado dicho grupo, en la expansión operacional de Rusia, que haya sido sobre el teatro de guerra ucraniano, como en África como en el Medio Oriente. Dos meses después de un intento de rebelión, que ha sido interrumpido, contra el presidente Vladimir Putin, el grupo Wagner ha sido decapitado.
El viernes pasado, el jefe del Kremlin firmó un decreto obligando a los miembros de Wagner a prestar juramento a Rusia, de igual manera que soldado del ejército nacional. La especificidad de Wagner está borrada. ¿Anunciará una desaparición o absorción por el poder central ruso? Por cierto, el supuesto accidente aéreo se llevó tanto al líder de Wagner, como a sus más cercanos socios: Valeri Tchekalov, encargado de la logística de una milicia presente en varios países sobre diferentes continentes, Dmitri Utkine, uno de los fundadores, comandante operacional, "responsable de graves violaciones a los derechos del hombre" según el periódico oficial de la Unión Europea.
El Kremlin necesita a la fuerza operacional de Wagner y parece probable que ponga una comandancia "leal" al poder del presidente ruso. Por cierto, después del intento de rebelión en junio pasado, el líder ruso propuso 3 opciones al grupo paramilitar : convenir de un acuerdo con el ministerio de la defensa o "cualquier otra agencia de seguridad"; abandonar su compromiso militar o salir en Bielorrusia. Pareció difícil integrar sus miembros que fueron fieles antes de todo a Yevgueni Prigozhin, que les ofrecía buenos salarios e ingresos captados directamente en los países adonde intervinieron, sobre todo en África, el tema de la lealtad hacia el poder central está sobre la mesa.
En Ucrania, desde el fin de las operaciones en Bakmut, el grupo Wagner vio su importancia disminuida, como finalmente en Bielorrusia, adonde apareció como un posible peligro para el presidente Alexandre Lukachenko.
Finalmente, el valor agregado de la milicia apareció en África. Ya sea en República Centroafricana y últimamente en el Malí tanto como en el Burkina Faso, el grupo Wagner surgió como un pilar de la presencia rusa, apoyando nuevos regímenes, resurgiendo de golpes de estado, denunciando la presencia o el enlace con unos países extranjeros, en el primer rango de los cuales Francia. Sin duda, seguirán las acciones pero bajo control del Kremlin.
África, es decir la franja del Sahara, corriendo de Malí hasta Sudán, siendo todos los países inmersos por unas situaciones de tensiones, inestabilidad gubernamental y de seguridad, ofrece a Rusia un nuevo enlace internacional y el uso de una retórica política que sirve de pretexto para acelerar la ruptura con países europeos denunciando la agresión en Ucrania, como lo ha hecho Francia. Identificando países fragilizados por la presión terrorista de origen islamista, como lo fue en Malí, en el Burkina Faso y ahora en el Níger, propone aportar un apoyo de seguridad, contra un acceso a materias primas : oro, cobre.
¿Qué pasará con el uranio de Níger, desde el golpe de Estado que derrotó al presidente Mohamed Bazum que fue revertido por oficiales militares el 26 de julio pasado ? El interés es económico. Es también geopolítico, ofreciendo a Rusia la posibilidad de hacer correr una forma de "toma al revés" de Europa, a través de una parte de África y con ella, la zona del Mediterráneo.
Se extendió la sombra de la milicia últimamente hacia Madagascar, en el océano Índico tanto como en Sudán, que enfrenta una guerra interna, entre ejército y paramilitares desde abril pasado. Esta situación nutre tensiones regionales, entre el Chad, Libia, Egipto, y en el sur oeste, Eritrea e Etiopía.
Es decir el espacio que había tomando el grupo Wagner desde 2014, volviendo nebulosa incontrolable. Wagner se expandió a través de varios empresas aportando servicios a Estados en materia de protección armada, como lo fue en República Centroafricana, y lucha "contra el terrorismo" como en Malí o Burkina Faso. Las investigaciones en los domicilios privados de Evgueni Prigozhin revelaron la presencia de mas de 600 empresas, usando Wagner como una marca conteniendo ahora, una cierta carga política. Al final, Yevgueni Prigozhin pudo haber pensado influir por lo menos la acción militar exterior de Rusia. Crimen de lesa majestad que no dejaba desde junio pasado muchas interrogantes sobre el fin que podía tomar la aventura Wagner. Compuestas de veteranos del ejército, ex policías, prisioneros, eran reclutados por un periodo definido. Parece que más de 30,000 de ellos murieron en Ucrania.
En África, llevando a cabo acciones de propaganda y desinformación, Wagner apareció rápidamente como vector de influencia de Rusia: los poderes destabilizados dejaron el lugar a juntas militares favorables a Moscú, oficialmente en nombre de una "política descolonizada" dando acceso a "una verdadera independencia". En la cumbre de San Petersburgo el 23 de julio pasado entre Rusia y África, no faltaron los representantes de los nuevos regímenes. Por cierto, Yevgueni Prigozhin apareció en un vídeo días antes de su muerte, en un lugar que parece ser en África, afirmando que su milicia vuelve a "Rusia, más grande sobre todos los continentes y África más libre".
Desde la caída del avión que llevaba los más altos cargos de Wagner, las especulaciones sobre las circunstancias de la muerte de su líder no faltan. Un informe preliminar de la inteligencia estadounidense hace prevalecer un acto "intencional".
Por su parte, Vladimir Putin rindió homenaje a Yevgueni Prigozhin, hablando de un "hombre con un destino complicado, que cometió graves errores en su vida, obteniendo los resultados que se necesitaba". Para el presidente ruso, se trataba de retomar control de una fuerza que parecía más leal a su fundador que a él mismo. Hoy en día, con la desaparición de Prigozhin parece Rusia concentrarse aún más sobre el conflicto en Ucrania y sus consecuencias internacionales.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales