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Ucrania: ¿será inevitable el engranaje de la guerra?

El suministro de los tanques pesados puso sobre la mesa una pregunta estratégica: ¿hasta dónde los países occidentales están dispuestos en ayudar a Kiev sin ser considerados como “cobeligerantes”?

Por Pascal Drouhaud
Politólogo, presidente LATFRAN

¿Hasta dónde los países occidentales pueden ayudar a Ucrania sin que se vuelvan co-beligerantes en el conflicto con Rusia? El tema ocupó todos los espíritus esta semana mientras Alemania anunció el suministro de 14 tanques “Leopardo 2 2A6” y su luz verde para que países como Polonia, que disponen de estos materiales, lo hagan también. Una frontera simbólica ha sido trazada: el debate desde hace varias semanas sobre el suministro de tanques pesados ocupaba el espacio público en Europa tanto como en los Estados Unidos. La decisión de entregar este tipo de armamentos, ya sean M1 Abrams norteamericanos, Leopardo 2 alemanes, Challenger 2 británicos y quizás Leclerc franceses constituye un punto de inflexión en el conflicto entre Ucrania y Rusia a un año de su estallido.


A pesar de que serán entregados dentro varias semanas, exigiendo una formación y un mantenimiento, constituye un momento clave que hace entrever el riesgo de una escalada, tanto como de un engranaje en la guerra. Por cierto, no más Alemania lo dio a conocer, el presidente Zelenski llamó a la entrega de aviones de combates y de misiles de gran alcance. Es decir que estamos asistiendo a un cambio de carácter del apoyo militar a Ucrania por los países occidentales: de la solidaridad legítima a Kiev, atacada desde el 24 de febrero de 2022 por Rusia, o entramos en una asistencia a una ofensiva contra Rusia.


En otras palabras, retomando una retórica de los tiempos de la Guerra Fría, del “containment”, es decir, de la cristalización de las posiciones, estaremos entrando en una lógica de un “roll back”, es decir, hacia ofensivas masivas para sacar a Rusia del territorio. Esta lógica alimentó el debate sobre una “co-beligerancia” que podría cambiar el carácter del conflicto. Aquí está todo el peligro de una expansión y agravación de la situación. Olof Scholz, el Jefe del gobierno alemán, lo dijo el 25 de enero pasado delante del Bundestag: “Hacemos lo posible y necesario para sostener a Ucrania pero impedimos una escalada de guerra, entre Rusia y la OTAN”. En una breve alocución, el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró que “se tratada de ayudar Ucrania a defender su soberanía y si integridad territorial(…)”.


El suministro de los tanques pesados puso sobre la mesa una pregunta estratégica: ¿hasta dónde los países occidentales están dispuestos en ayudar a Kiev sin ser considerados como “co-beligerantes”? Por cierto, desde hace un año se está otorgando a Ucrania armamentos cada vez más sofisticados y refuerzan las capacidades de los ucranianos en resistir los ataques rusos y ahora en intentar empujar la amenaza. Desde el 24 de febrero de 2022, cada etapa en el suministro de armas abrió un debate sobre una posible escalada de la guerra.

Lo fue en el principio del conflicto, con el suministro de materiales de la época soviética a manos de los países de Europa Central y Oriental. Luego el debate versó sobre las baterías antiaéreas Patriot. Aviones, drones, misiles antitanques, sistemas de defensa antiaéreos fueron pedidos y finalmente entregados.


Siempre para los países occidentales aparecía una doble pregunta: ¿la preocupación en provocar Moscú y ser conducido de manera inexorable en un conflicto mas amplio. Ahora bien, el argumento siempre usado lleva sobre la evolución del conflicto en los territorios.

Y, por cierto, Ucrania pasó de una realidad de defensiva a una ofensiva, creando un frente de más de 1000 km por el momento relativamente estable. Se trata para Ucrania de prevenir nuevas ofensivas rusas, con materiales modernos, cuando para Moscú se trata de reconquistar terreno para poder proteger lo anexado. Para alcanzar a este resultado Rusia movilizó estas últimas semanas a más de 300,000 reclutas. A la par del ejército, el grupo de mercenarios “Wagner”, tuvo un papel esencial en la batalla de Soledar y Bakhmut.


Hoy en día se puede considerar que existe una lógica de escalada constante: los países occidentales están ahora demasiado comprometidos en Ucrania para permitirse una derrota de Kiev frente a Rusia. Pero sin duda, se ha cruzado un hito estos últimos días que revelan el carácter de la situación: los Estados Unidos, reforzando la OTAN, volvieron más fuertes en Europa. Retomaron una forma de “leadership” en una rivalidad “por procuración” con Rusia, en la cual los europeos están directamente expuestos sin tener todas las llaves de “su independencia” en materia de seguridad.
Esta situación revela un riesgo de ser arrastrado en una escalada que tarde o temprano alcanzara a un grado irreversible. El debate y acuerdo sobre el suministro de los tanques pesados reveló esta evolución, a un año de la guerra entre Ucrania y Rusia teniendo consecuencias internacionales: ya sea sobre la seguridad para los europeos y norteamericanos tanto como sobre temas sobre la energía, el suministro de productos agroalimentarios, todos estamos hoy en día involucrados por este conflicto que se está endureciendo.


Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.

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Invasión De Rusia A Ucrania Opinión

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