“Mercado de tontos”, “diversión”, “oportunismo táctico”, ¡y todavía más ! Todo ha sido dicho sobre la tregua que Rusia declaró de manera unilateral, por 36 horas, en ocasión de la Navidad ortodoxa, este 6 y 7 de enero. Por primera vez desde el 24 de febrero de 2022, cuando fue lanzada por Moscú la “operación especial” en Ucrania que es en realidad una guerra sin piedad, se ha producido un acto que tiene un simbolismo fuerte. ¿Habrá sido un acto de oportunismo político, una operación de comunicación mientras las armas nunca se pararon durante este tiempo especial de supuesta tregua? ¿O será el revelador de una evolución rusa mientras se está concluyendo el primer año de este sangriento conflicto a las puertas de la Unión Europea?
Por cierto, se inscribió en un contexto particular: la virulencia de las operaciones fue revelada una vez más, a raíz del golpe que Ucrania logró asestar a Rusia en Makiivka, durante la noche del año nuevo. Moscú reconoció la pérdida de 89 soldados; Kiev habla de 400. La fuerza del acto provocó algunas de las pocas manifestaciones públicas rusas en una mezcla de tristeza, cólera e incomprensión. El ataque ucraniano, llevado a cabo con sistemas de misiles HIMARS otorgados por los Estados Unidos, tuvo un impacto importante por el número de víctimas y la interpretación que se dio. ¿La tregua habrá sido un momento clave para que Rusia “recupere” y re-motive una parte de sus tropas? Así fue interpretado en Occidente, mientras para Moscú la muerte de sus soldados justifica sus propios actos, un círculo infernal que alterna temas políticos, militares y ahora religiosos.
El propio presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, hizo referencia a esta opción permitiendo a Vladimir Putin afirmar que Rusia está dispuesta en “un diálogo serio” a condición de que Ucrania acepte “las nuevas realidades territoriales”, a lo que, por supuesto, se niega totalmente. Denunciando una vez más “el papel destructor de los países occidentales” a raíz del suministro de armas cruciales para la resistencia ucraniana, Vladimir Putin busca culpar y desviar la responsabilidad de las hostilidades. Al parecer, por eso el tema político y militar, la “tregua” tanto como la guerra, se están desplazando también sobre el terreno místico: el “patriarca de Moscú y de todas las Rusias”, Kirill, cercano al Jefe del Kremlin, llamó a una tregua para la Navidad ortodoxa. Oficialmente, sirve para “asistir a los oficios” de Navidad.
Pero se intentó borrar la dimensión política que contiene este llamado. No se puede olvidar que la Iglesia Ortodoxa ucraniana se liberó de la tutela rusa en 2018. La rama que se había quedado fiel a Moscú rompió sus lazos en Mayo de 2022 a raíz del conflicto. Es decir, la complejidad del tema y cuanto la propia Iglesia está presente sobre el terreno político y, para unos, propagandista de la guerra.
En marzo, la Iglesia Ortodoxa Rusa de Ámsterdam anunció que rompía sus lazos con el líder, uniéndose a un número cada vez mayor de sacerdotes e iglesias que abandonan a Moscú por la guerra en Ucrania.
El papa Francisco reprendió a Kirill y lo llamó a no convertirse en “el monaguillo de Putin” cuando, según reveló el líder católico romano, ambos tuvieron una entrevista por zoom en mayo.
“Hablé con él durante 40 minutos vía Zoom”, dijo el papa al diario italiano Corriere della Sera en una entrevista publicada este martes. “Los primeros 20 minutos me leyó, con una tarjeta en la mano, todas las justificaciones para la guerra. Le escuché y le dije: No entiendo nada de esto… Hermano, no somos clérigos de Estado, no podemos usar el lenguaje de la política sino el de Jesús… El patriarca no puede transformarse en monaguillo de Putin”.
No obstante, el expresidente ruso, Dimitri Medvedev (2008-2012), aseguró en noviembre pasado que “la operación rusa” tenía como “objetivo sagrado” el de “parar el Señor del infierno”, retórica religiosa que abre interpretaciones a una justificación cuasi divina y, por tanto, moral. Al pasar las semanas, la guerra se desliza hacia un Occidente, para ellos, sinónimo de “decadencia”, acelerando la constitución de nuevos bloques antagonistas. Presentándose como protectores de “los valores tradicionales” de Rusia, el Kremlin y la Iglesia Ortodoxa Rusa muestran su alianza para enfrentar un conflicto que en el transcurso de los meses se ha revelado difícil para Rusia.
Afirmando su apoyo a la ofensiva militar, el patriarca Kirill integró el espacio político ruso mandando una imagen finalmente, bien conocida de Rusia en tiempos de guerra, que fueron constituyentes de una identidad en los siglos. En noviembre pasado, Vladimir Putin otorgó el título de “Héroe de la Federación de Rusia” a un cura muerto en las zonas de combate, Mikhail Vassiliev.
¿Será una forma de alejar las dificultades en las regionales de operativos? Por cierto, el suministro de armas a Ucrania sigue en volumen y en graduación de capacidad: esta semana, Francia declaró que entregó tanques ligeros de tipo AMX-10 RC, abriendo un espacio para un movimiento internacional. Se trata del “primer vehículo blindado de formato occidental” otorgado a Ucrania.
Los Estados Unidos podrían anunciar en los próximos días la entrega de blindados Bradley, cuando Alemania anunció el envío de vehículos ligeros “Marders”. No son todavía tanques ofensivos como los estadounidense Abrams o franceses Leclerc. Pero esta evolución muestra cuánto se refuerzan las posiciones de defensa y de operaciones mientras se control una graduación en los tipos de armas. Indican que todos se inscriben en una guerra a largo plazo, haciendo lo posible para cristalizar las posiciones evitando una confrontación directa entre los mayores actores que son los Estados Unidos y Rusia.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales