Por El jueves pasado, el presidente Joe Biden reveló oficialmente, a través de un tuit, un intercambio de prisioneros entre los Estados Unidos y Rusia, que contenía todos los ingredientes de la época de la Guerra Fría. Pero en 2022, un acontecimiento así muestra el nivel de tensiones y relaciones entre países clave involucrados en la guerra en Ucrania.
La estrella del baloncesto femenino estadounidense Brittney Griner ha sido liberada a cambio de Viktor Bout, comerciante de armas que se volvió famoso después de la película “Lord of war”. Contexto de guerra en medio de tensiones económicas, un fondo en el cual se entrelazan servicios secretos, intereses superiores de Estados, famosos y realidades sociales revelando un contraste entre el “Occidente” y “el Este”, todo el escenario estaba listo para que este intercambio tuviese un aspecto de leyenda.
Brittney Griner, nacida en 1990, es una jugadora estrella de baloncesto en los Estados Unidos: doble campeona olímpica, jugadora en el equipo de los “Phoenix Mercury” de Arizona, fue arrestada en Rusia, el 17 de febrero de 2022, una semana antes del principio de las operaciones militares en Ucrania. El cargo: le encontraron supuestamente cartuchos de vaporizadores conteniendo aceite de cannabis. Ella siempre afirmó que era “medicinal”, prescrita legalmente en los Estados Unidos. Estaba llegando en Moscú para participar a partidos de las temporadas americanas.
Su arresto en Moscú fue notificado el 5 de marzo pasado y fue condenada el 4 de agosto siguiente a 9 años de prisión, por ser encontrada culpable de “posesión y tráfico de droga”. Un mes antes, el 4 de julio, había escrito al presidente Biden, pidiéndole que hiciese todo lo posible para obtener su liberación. El día siguiente de su condena, Rusia se declaró lista para discutir de un posible intercambio de prisioneros. La demanda en apelación del juicio fue rechazada el 25 de octubre pasado. Diez meses después de su juicio, Brittney Griner fue liberada e intercambiada por Victor Bout en el aeropuerto de Abu Dhabi.
Otra personalidad famosa pero con un perfil totalmente diferente: Viktor Bout. Nacido en 1967, fue oficial en la aviación rusa en los años 1980. Por haber sido integrante del instituto militar de los idiomas extranjeros, habla numerosos idiomas: el alemán, el francés, el español, sin olvidar el inglés o el farsi. Su perfil corresponde a la evolución de Rusia desde las tres últimas décadas. Los años 80 anunciaron el fin de la ex-URSS: una sucesión de líderes después de la muerte de Leonid Breznev (1982), Yuri Andropov (1984), Constantin Chernenko (1985) y, en fin, la llegada de Mijail Gorbachov, quien enfrentó la caída del Muro de Berlín (1989) y del sistema comunista enseguida hasta la disolución de la Unión Soviética en diciembre de 1991. Bout supo aprovechar el contexto de caos que apareció en Rusia con la caída del la URSS, adquiriendo bases militares abandonas, material y aviones para garantizar la entrega de armas en el mundo.
En Angola, Afganistán, Europa del Este, la guerra tecnológica espacial ilustró este proceso. Victor Bout, en los años 1990, pudo constituir sus propias empresas, recogiendo material militar de la ex-URSS. Se dedicó a la venta de armas a los países al margen del sistema de las Naciones Unidas o a grupos ilegales, ya sea en África, en Asia, en América Latina. Con el paso de los años, Viktor Bout, con una fuerza logística única, se volvió imprescindible en varios teatros de operaciones durante el decenio 1990 y principios de los 2000.
Su posición empezó en ser debilitada cuando fue procesado por los órganos de justicia de varios países, dentro de los cuales los Estados Unidos: fueron denunciados sus actos de apoyo a Liberia y a Charles Taylor, jefe de facciones transformado en presidente (1997-2003), antes de ser perseguido por la justicia internacional y condenado en 2012 a 50 años de prisión por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Viktor Bout fue arrestado en Tailandia en 2008 por agentes norteamericanos de la DEA que se hicieron pasar por miembros de las FARC colombianas. Fue condenado en 2012 a 25 años de cárcel por un juez federal de Nueva York: tráfico ilegal de aviones, fraude electrónico, lavado de dinero, tantos cargos que no incluyeron sus enlaces con Liberia.
En medio de la guerra en Ucrania, los Estados Unidos y Rusia acordaron una negociación de liberación que se concretizó esta semana. Por cierto, las dos personalidades relacionadas ilustran dos realidades, sociedades que a través de Ucrania, siguen enfrentándose: Brittney Griner, estrella de la WNBA, recibiendo el apoyo de su esposa, Cherelle Griner, al lado del presidente Biden, de la vicepresidenta Harris y del secretario de Estado, Blinken, desde el despacho Roosevelt de la Casa blanca.
Por su parte, Viktor Bout llegó de manera más austera a Rusia. La película “Lord of War”, inspirada en su vida además del libro “Merchant of death” de Douglas Farah estableció una forma de leyenda negra para unos y por parte gloriosa para otros. Dos personajes ilustrando dos universos y visiones del mundo bajo una perspectiva maniquea, reveladora de la fuerza de confrontación actual, cuyo teatro operacional sigue siendo Ucrania y provocando repercusiones en los sectores económicos y diplomáticos.
El presidente Biden reafirmó que los Estados Unidos no olvidan a otro ciudadano, Paul Whelan, arrestado en Rusia en 2008 y condenado en 2020 a 16 años de cárcel por “espionaje”
. Mientras tanto, la liberación a la cual asistimos esta semana dejó un gusto contrastado: para Washington, la meta parece asimilarse una operación de comunicación hacia una opinión pública para la cual la realidad en Ucrania parece lejana aunque fue un debate de las últimas elecciones de mid-term. Joe Biden tenía que mostrar cuánto puede dar resultados su compromiso Vladimir Putin logra “recuperar” un símbolo de la fuerza operacional externa de Rusia, recordando la estructura de seguridad de su país. El intercambio de prisioneros parece estar a la periferia del conflicto. Más que nunca, está en el centro de la rivalidad de influencia, de imagen y de presencia internacional entre los Estados Unidos y Rusia, haciendo recordar los tiempos durante un periodo olvidados, de la Guerra Fría.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.