Por Confieso que esta será una de mis columnas preferidas pues abordaré 2 temas que me apasionan: inmigración y adultos mayores.
Concretamente veremos los cuidados que debemos tener con los visados estadounidenses de los adultos mayores.
Comenzaré diciendo que, para la tramitación de la visa de turista, los adultos mayores cuentan con dos alternativas para aplicar: el mecanismo regular y el Dropbox.
El mecanismo regular procederá para todos los adultos mayores de menos de 80 años de edad y significa que su aplicación la prepararemos como para cualquier otro solicitante; es decir, deberá cumplir con los requisitos de ley de probar capacidad financiera para asumir los gastos de su viaje y probar arraigo en el país. Esto se hará con los datos que suministremos en el formulario, con los documentos de respaldo que se presenten y por supuesto, con la información que se dé verbalmente en la entrevista. Obviamente para todos estos momentos debemos apoyarlos.
La otra posibilidad es aplicar vía Dropbox, es decir, sin ir a entrevista. Obviamente éste mecanismo será mucho más conveniente para el adulto mayor, ya que sólo hay que crear un perfil electrónicamente y preparar documentos: formulario de aplicación, pago de tarifa de visa y cita. Luego se lleva dicha documentación a la agencia encargada de enviar y recibir correspondencia para la Embajada de Estados Unidos y esperamos respuesta. Este mecanismo aplica únicamente si al adulto mayor no le ha sido negada una visa, o bien está renovando una que ya tuvo y si es mayor de 80 años.
Ahora bien, eso es lo formal, lo procedimental. Pero hablar de una aplicación de visa para un adulto mayor es un proceso sensible -al igual que ellos-, que implica que lo manejaremos de forma distinta, con más cuidados y más calidez por todos los intervinientes.
De hecho, existe la posibilidad que el agente consular a la hora de revisar el caso de un adulto mayor sea un poco flexible en ciertos aspectos, como la capacidad financiera del solicitante, pues por su edad muy probablemente ya no está laboralmente activo y en algunos casos dependen económicamente de los hijos. Pero, ¡ojo!, esa valoración es plena del agente consular, que puede actuar a discreción. La disposición migratoria es clara: cada solicitante debe probar que califica por medios propios (hasta los 80 años) las valoraciones o interpretaciones que se pudieran hacer sobre un caso específico, dependerán del agente y no se debe atener a ello.
Igualmente, el proceso requerirá de ciertos actos preparatorios para el adulto mayor, por ejemplo, estar lo más informado posible del proceso. Un error frecuente es que los hijos o encargados tramitan todo, pero no le informan al solicitante, o lo manejan de la forma en que lo harían como con cualquier otro aplicante, de otra edad y condición; y ese es un error.
En el caso de los adultos mayores debemos asegurarnos que ellos conozcan toda la información que se ha consignado en el formulario de solicitud de visa, que sepan cuáles son las preguntas claves de la entrevista, cómo es el proceso ya en la Embajada (explicárselo paso a paso), valorar con base en las condiciones físicas y mentales del adulto mayor si requerirá asistencia y hacerlo saber para solicitar acompañarle.
Importante también no exigirles demasiado de entrada, hay que ser pacientes con ellos, ensayar la entrevista con anticipación para bajar los nervios y mejorar la calidad de las respuestas, repasar los escenarios, en fin, cuidarlos en el proceso de entrevista.
Si la visa es aprobada, igualmente debemos continuar observando su proceso de viaje y guiarlos respecto a: cómo es el manejo en el aeropuerto, el tema del equipaje, el avión (ubicación de asiento, baños, etc.), el chequeo migratorio, que conozcan bien su itinerario, que tengan los números de teléfono y direcciones de familiares a la mano, entre otros.
Directora de COIMSAL Asesoría Migratoria
www.asesoriamigratoriacoimsal.com