ISO es un organización sin ánimo de lucro fundada en 1946, en Londres, por un grupo de industriales que necesitaban estándares internacionales para facilitar y asegurar la calidad y funcionalidad de los productos que se exportan e importan.
El nombre, es el prefijo griego “iso”, que significa “igual”, por ejemplo, isósceles para aun triángulo de tres lados iguales. Isotérmico, para la misma temperatura, isobárico, para la misma presión. Y en relación con las normas de productos, significa “igual”, para los productos normalizados con una determinada norma.
Una norma es un documento que describe en todas sus dimensiones posibles un producto, para ser fabricado por diferentes empresas, porque es rentable producirlo y venderlo en todos los países. Además, especifican las materias primas que se deben utilizar y los rendimientos funcionales y características medibles para los clientes.
Así, es posible, que cuando se arruina una bombilla, uno solo compra otra y al cambiarla funciona como la anterior, independientemente del fabricante, que pueden estar en China, Japón, Alemania, EE.UU. o México. Como todos cumplen las especificaciones de la norma, no importa la marca, siempre funcionará igual que la anterior.
Y como para las bombillas existen normas para unos 25.000 productos, que utilizamos en las industrias y los hogares. La razón funcional de las normas internacionales ISO, es la intercambiabilidad de los productos en todo el mundo.
Un comité normalizador es un equipo internacional de expertos que desarrollan la mejor norma posible, aplicando los más avanzados conocimientos a la disposición. Pero además, los países industrializados tienen sus propios institutos de normalización. DIN en Alemania, Afnor en Francia, Aenor en España, ANSI en EE.UU. y BSI en Inglaterra, para sus normas nacionales. Algunas normas ISO, tienen su origen en normas de alguno de los sistemas anteriores, y ademas existen, las Normas Europeas para los países de la Unión Europea.
En 1986, ISO publicó la primera norma internacional de “Sistemas de Gestión” y decidieron que fuera la Norma Internacional ISO 9000 para el Sistema de Gestión de la Calidad.
Esta norma es la más conocida e implantada en todo el mundo industrial y se convirtió rápidamente en un aspecto diferencial para la garantía de calidad, requerida por los gobiernos y los grandes compradores, que quieren estar seguros de la calidad de los productos que compran para sus clientes.
Implantarlas es una excelente inversión, especialmente cuando antes se establece un cambio cultural para el ordenamiento de los procesos y los buenos hábitos de los empleados, aplicando los sistemas japoneses de mejora continua. Como las normas son genéricas los consultores las implantamos considerando las características de los productos y servicios de las empresas y son aplicables a cualquier sector de manufactura o servicios, incluso PYMES.
Este jueves asistí por invitación del presidente de RUA, uno de los grupos empresariales en los que implantamos el sistema KAIZEN-ISO 9000 hace diez años, a la gala de entrega del certificado de la tercera certificación de su sistema de gestión de calidad. Desde la implantación de sistema, la empresa se reconvirtió y continúa creciendo en inversiones, calidad, producción, productividad y rentabilidad y ampliando su gama de productos.
Son muchas las ventajas del ordenamiento empresarial siguiendo los principios del sistema de gestión de la calidad ISO 9000, ya implantadas en más de un millón de empresas en 176 países, que es la mejor demostración de su excepcional aplicación y rentabilidad.
El sentido de este artículo es considerar su implantación, incluso si los resultados de la empresa son buenos y con más razón si se está en proceso de recuperación de la pandemia.
Ingeniero/Pedroroqu.net
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común