Sí, que Dios te salve, Patria sagrada, de la ignominia, del oprobio, de la violencia –“Perra de hielo”, como dice el laureado poeta David Escobar Galindo-; que Dios te salve de las injusticias, que hieren tus entrañas; del odioso oprobio, que daña tu dignidad…
Que Dios, sagrada Patria salvadoreña, te aparte del egoísmo, que te entristece; de la soberbia, que entorpece la paz de tu alma…
Amada Patria, que Dios te aparte de la prepotencia de muchos, que ofende tu humildad…
Patria querida, que Dios guíe el sendero de quienes nos gobiernan, para que no lleguemos jamás a la tiranía, que sería lo peor para la libertad de expresión…
Dios te salve, Patria sagrada, de la maldad, de la ignominia y de todo lo demás que entorpece la democracia, la solidaridad, y la paz que tanto anhelamos para una vida próspera y feliz…
Son oportunas estas apreciaciones en esta memorable fecha 15 de septiembre, que celebramos 201 años de Independencia Patria, de que el dominio español nos subyugara por cinco siglos.
Y no fue sino por el denodado esfuerzo de nuestros Próceres, auténticos Padres de la Patria, que la gesta libertaria se realizó; abnegados patricios, dignos de respeto y admiración.
Fue el 15 de septiembre de 1821 cuando el hidalgo salvadoreño, presbítero y doctor José Matías Delgado, firmó, junto con otros patricios, el Acta de Independencia de Centroamérica en el Palacio Nacional de Guatemala.
¡Loor a estos Padres de la Patria de América Central, desde Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica!
Y en cada uno de estos países hermanos se decretaron oficialmente el himno, la bandera, el escudo, el árbol, el ave y la flor nacionales.
En El Salvador, por ejemplo, el Ave Nacional es el torogoz, la Flor Nacional es la flor de izote y el Árbol Nacional, el maquilishuat.
Oportuno es, pues, dedicarle un poema de mi inspiración al Árbol Nacional. Dice así:
Maquilishuat
Bello maquilishuat, árbol de mi tierra,
símbolo sagrado de la Patria mía,
eres tan hermoso, adornas la sierra
que alegra los campos de la serranía.
Lindo maquilishat, yo te amo tanto,
como al mismo Dios y a mi dulce hogar.
Árbol Nacional, tú eres un encanto,
quiero en este verso, a ti saludar.
Qué lindas tus flores con pétalos rosa, pétalos preciosos, color del amor;
árbol cuscatleco, vuelves más hermosa la pródiga tierra de mi El Salvador.
Maestro, psicólogo, gramático.