Llama la atención la indiferencia del salvadoreño común, que se preocupa más por trivialidades de la farándula sin tener la mínima ideal de que bajo sus pies y en este caso arriba de sus ojos se encuentra un tesoro de inigualable valor como es nuestra historia, todo aquello que nos remonta al pasado, que nos da identidad.
Por ejemplo, con mucha tristeza se pasó como un día más el 19 de junio de 1924 cuando se celebró los 500 años de la primera misa celebrada en tierra salvadoreña.
Debemos diferenciar entre “Centro Histórico” o “Centro Turístico” pues uno alberga nuestro pasado, y el otro, es lugar de entretenimiento para chicos y grandes, para que sea el paseo del fin de semana.
Debe el Ministerio de Cultura buscar a la mejor gente, a los mejores historiadores, arqueólogos y otros para recopilar toda la información posible para saber más y deben las autoridades saber que esos tesoros no pertenecen a gobierno alguno sino que es un patrimonio nacional.
Se lee: “Es un lugar con una rica historia que se remonta a la época precolombina. Dice: Ocupación humana ancestral: Este sitio ha estado habitado durante al menos 3,000 años. Desde un punto de vista geográfico, está ubicado en el camino que conecta la costa del Pacífico con San Salvador, entre el cerro de San Jacinto, el cerro de Los Planes de Renderos y la Caldera de Ilopango. Además, cerca de esta área se encuentra el río Acelhuate, una fuente de agua caudalosa y limpia que desemboca en el río Lempa. Fundación colonial: En 1545, los españoles fundaron el tercer asentamiento de San Salvador de Cuscatlán en esta zona, cerca de la actual Plaza Libertad. El lugar era propicio para expandir la ciudad y facilitaba el comercio, ya que estaba en una posición estratégica para acceder al sur, este y norte. Además, era defendible militarmente contra ejércitos que se aproximaran desde el oeste”.
¿Cómo hemos sido capaces de ignorar tan rica historia arqueológica que está apenas a metros donde estamos parados? En primer debe haber interés en rescatar nuestro pasado y luego, entender que un turista extranjero no irá al centro “Histórico” o “Turístico” de San Salvador por un café, se visita tal lugar por su riqueza histórica, por su arqueología y arquitectura pasando por los trazos de las calles y avenidas que de una u otra forma nos enseña, de dónde venimos, quiénes somos, nuestros logros y el dolor y misterio que esconde ese pasado.
Se han registrado ocupaciones coloniales en el Centro Histórico, como la Plaza de los Relojeros y la Catedral Metropolitana. Además, se han encontrado restos del antiguo convento de Santo Domingo y otros vestigios.
En resumen, el Centro Histórico de San Salvador es un tesoro cultural con una rica herencia que abarca miles de años. Su historia y arqueología lo convierten en un lugar fascinante para explorar”. Para mi sorpresa sucede lo mismo con la catedral de Sonsonate esta semana santa mis ojos vieron con asombro en una de sus cúpulas, específicamente la cúpula norte, donde se pueden encontrar un tipo de escritura, que es lo que parece y unos finos diseños de ladrillos o cerámica que con la humedad salen a la luz no puedo imaginar salir a la luz en medio de infinidad de capas de pintura.
Es aquí donde debe la Iglesia Católica tomar vida y buscar a los mejores arqueólogos para que se investigue qué significan esos hallazgos. Sobra ha tenido el arzobispo para recorrer el mundo de La Seca a La Meca e imponer manos a quien las solicita.
Parece que nuestro patrimonio no es importante, al contrario, se pasa inadvertido tal vestigio que la naturaleza nos pone a la luz y no nos maravillarnos ante tan inmenso patrimonio cultural del cual deberíamos sentirnos orgullosos. Tenemos profesionales de primer nivel en historia, arqueología, paleontología y no perder un segundo, empezar a investigar desde ya y sorprendernos de la belleza de lugares como la Catedral Metropolitana, la iglesia de El Rosario, el Palacio Nacional y, según la literatura revisada, se disfrutan en un recorrido a pie por el Centro Histórico. Lugares para disfrutar descubriendo la cultura y el patrimonio de esta fascinante zona. Bajo las históricas paredes de las iglesias en Suchitoto y Sonsonate se esconde una riqueza cultural y arquitectónica única. Algunos detalles que vale la pena saber:
Iglesia Santa Lucía en Suchitoto: Construida en el siglo XIX, esta joya arquitectónica destaca por su imponente fachada de estilo neoclásico. En su interior se encuentran hermosos murales y esculturas religiosas. Además, se puede subir a su torre para disfrutar de una vista panorámica de todo el pueblo; la Iglesia en Sonsonate, esta iglesia es un testimonio de la fe de la ciudad de Sonsonate y la historia local de tal ciudad y rica en murales bellísimos.
Qué hermoso fuera que así como se quiere modernizar nuestro país, también se quiera “Conocer y envejecer” nuestras calles, nuestros sitios arqueológicos, nuestras iglesias y así, que El Salvador sea un país conocedor de su historia, quizá así llegásemos a conocerla y no estemos siendo artífices de ayudar a olvidar nuestra historia.
Médico.