El acuerdo de cese el fuego en Gaza, anunciado miércoles 15 de enero pasado tanto por los Estados Unidos como el Estado de Qatar constituye un elemento estratégico esencial en el Próximo y Medio Oriente. Tanto Donald Trump que toma posesión mañana lunes 20 de enero como Joe Biden se atribuyeron la paternidad de una tregua fundamental en la complejidad internacional.
A pocos días de la toma de posesión de Donald Trump era esencial para ambos que se anunciara este paso fundamental, ilustrando para la mayoría de los medios de comunicación, una colaboración poca común, entre ambos equipos presidenciales: Brett Mc Gurck, emisario de Joe Biden para el Medio Oriente y Steve Witkoff para Donald Trump, estaban presentes en Doha durante toda la fase de negociación desde el 5 de enero pasado.
La aplicación del acuerdo será controlada desde El Cairo por los Estados Unidos, Qatar y Egipto. Con tres fases de aplicación de medidas específicas, se supone que debe llegar a un fin de la guerra.
El acuerdo prevé la liberación de 98 rehenes: 94 habían sido capturados durante los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023 y 4 ya estaban a mano del Hamás. Algunos de ellos están posiblemente muertos. Centenares de prisioneros palestinos serán intercambiados mientras está prevista una retirada gradual de las fuerzas israelíes, la entrada de la ayuda humanitaria del territorio palestino y el regreso de las poblaciones desplazadas.
Durante la primera fase que se extiende sobre 42 días, el Hamás se ha comprometido a liberar 33 rehenes, entre ellos todas las mujeres, niños y hombres de más de 50 años de edad. Por su parte, Israel liberará a las mujeres y los palestinos de menos de 19 años arrestados desde el 7 de octubre del 2023. El cese al fuego está por lo menos previsto para 42 días, así como nuevas negociaciones para prolongar el fin de combates.
El acuerdo del 15 de enero retoma por gran parte, una proposición de mayo de 2024 formulada por la administración Biden. Pero, por cierto, varios elementos nuevos llegaron a este resultado, después de 15 meses de un conflicto violento, provocado por el drama de los ataques. La victoria de Trump durante las elecciones de noviembre de 2024 y su regreso a la Casa Blanca constituye uno de ellos.
En término de negociaciones sumamente políticas, todos se recuerdan del periodo de transición entre Jimmy Carter y Ronald Reagan en 1981.Los Estados Unidos contaban, desde el 4 de noviembre de 1979, con 53 rehenes capturados en la Embajada de EEUU en Teherán, después de la caída del Sha Reza Palhavi en febrero de 1979. Fue 12 minutos después de la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense, Ronald Reagan, que fueron liberados por el régimen del ayatola Khomeini que se había hecho un punto de honor en dificultar hasta el final de su mandato, Jimmy Carter.
¿Por qué se pudo establecer este acuerdo mientras parecía imposible durante tantos meses? El Primer Ministro Benjamín Netanyahu siguió con la guerra, para lograr por la fuerza, a raíz de los terribles ataques del 7 de octubre, un objetivo: el fin del Hamás.
Por otra parte, el contexto regional ha cambiado en poco tiempo: caída de Bashar Al Assad en Siria, decapitación de la organización del Hezbolá en Líbano tanto como parta el Hamás. Irán ha sido blanco de respuestas armadas de Israel, víctima de dos ataques directos de Teherán en 2024. La elección de Trump también influyó.
El nuevo Presidente hizo saber a todas las partes que quería un acuerdo antes de la toma de posesión este 20 de enero. Prometió "el infierno" al Hamás tanto como logró presionar Israel mandando a su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff.
Ahora bien, los desafíos y las dificultades para actores tan importantes como el Primer Ministro israelí no faltan: tanto Benjamín Netanyahu como el Hamas están apostando su sobrevivencia política en estas negociaciones. Una salida positiva de esta situación de guerra no está cierta. Dependerá, en gran parte, del nivel de implicación de Donald Trump que podrá ser solicitado sobre otros teatros internacionales.
La firma de los Acuerdos de Abraham en 2020 impactó al nivel de regional. Puede ser una razón para que quiera contribuir a la redefinición del mapa mediooriental, la normalización de la relación entre Arabia Saudita e Israel pudiendo ser una prioridad con Irán en pantalla de fondo.
Más que nunca, el acuerdo entre Israel y el Hamas puede ser, con el regreso de Donald Trump en la Casa Blanca, el revelador de un contexto nuevo en el Medio y Próximo Oriente.
Politólogo francés y especialista en temas internacionales.