Por El que no paga sus deudas, es un ladrón” dice la sabiduría popular, y se aplica tanto al que no le pagó a la señora que le fía en la tienda, el que no devolvió al amigo una pequeña cantidad , el que no paga el alquiler de la casa y quien deja de pagar las cuotas del banco. Y si todas estas situaciones son igualmente graves, independientemente de la cantidad adeudada, es mucho más serio cuando un país deja de honrar sus compromisos de deuda que en lenguaje financiero se llama caer en impago. El país deja de ser confiable, deja de ser sujeto de crédito y su calificación cae a niveles negativos.
Ante el temor que existía en los merados internacionales de que el gobierno de Bukele caería en impago al no poder pagar un bono millonario que vencía en febrero 2023, el Ministro de Hacienda, con instrucciones del mandatario, pagó en forma adelantada una parte de la deuda, lo que los cyan celebraron como muestra de su excelente manejo de las finanzas públicas, hasta insultar a quienes habían dudado de su capacidad.
La tan anunciada reforma de pensiones, sin conocerse su contenido ni los estudios técnicos que la respaldaran, despertó severas críticas porque no llenó las expectativas de quienes esperaban una justa reforma al sistema previsional. Esta semana, el GOES realizó una reforma más, secreta e inconsulta, para cambiar las condiciones de pago de los más de $6,000 millones que el gobierno debía a los ahorrantes de las AFP.
El nuevo plazo para pagar esa deuda será de 50 años, con un período de gracia de 4 años, en que no pagará nada, aumentando el interés al 7%. Según calificadoras crediticias como Standard & Poor y Fitch Ratings, el gobierno de El Salvador ha caído en impago con los ahorrantes, al no honrar su deuda con los ahorros de los salvadoreños administrados por las AFP. Pero para el endeudado gobierno, esta movida le ha valido una mejora en la nota del país, lo que Bukele inmediatamente festejó en twit: “Los chicos de Fitch Rating acaban de MEJORAR la calificación crediticia de El Salvador” lo que fue repetido y celebrado por funcionarios y muchas cuentas afines al bukelismo.
Celebrarlo es una mentira más, pues como comentó una economista y docente universitaria, la mejora de nota del país es como si un estudiante sacara 2 en un parcial y en el siguiente MEJORARA a 3. La verdad es que el país sigue en serios problemas financieros, ya que un 25% de su presupuesto es para pago de deuda y para no caer en impago, ha hecho recortes en gasto social, disminuyendo los presupuestos de salud, educación, vivienda y FODES, sacrificando la población, dejando de pagar la pensión básica universal a los de la tercera edad, para lograr un alivio temporal fiscal de $500 millones anuales en los próximos cuatro años. A juicio de las calificadoras, la operación realizada por el GOES ocurrió en condiciones desventajosas, por el contexto de vulnerabilidad por el que atraviesa el país en sus indicadores económicos y las limitadas alternativas de financiamiento con las que cuenta para honrar sus compromisos.
En resumen, internacionalmente El Salvador ha caído en impago al no honrar su deuda con los ahorrantes, demostrando el pésimo manejo de las finanzas, y su desprecio por el pueblo, que ha experimentado un aumento de la pobreza, y el oscuro panorama que se presenta con la anunciada sequía y la tremenda amenaza de una hambruna que golpeará a los niveles más vulnerables, que ya sufren un serio aumento en el precio de la canasta básica. ¿Y todavía habrá quien quiera votar por él?
Maestra.