En la colaboración inmediata anterior (entendida esta expresión en forma correcta, no como los usurpadores y los torticeros valladares) señalamos que dos de los fracasos más rotundos del bukelato son el proyecto bitcoin y la reforma del sistema previsional: la realidad ha sido desnudada y expuesta, todavía solo en parte, por informaciones hechas públicas con motivo de las negociaciones del gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un préstamo que operaría como un “flotador salvavida” de las finanzas estatales.
Previamente reseñamos, en apretado epítome, algunas de los errores y malicias más evidentes del fracasado proyecto bitcoin, por lo que ahora corresponde referirse a la reforma al sistema de pensiones que se dispuso en diciembre de 2022, vigente a partir de enero de 2023.
Con franqueza, en opinión de este servidor, el proyecto y ejecución de la reforma del sistema previsional, materializada sobre todo por la emisión y aplicación de tres “nuevas” leyes, ha consistido en un perverso plan para destruir el frágil sistema de pensiones y, de esa forma, tanto apropiarse de los ahorros de los trabajadores como, de ser conveniente, nacionalizar dicho sistema y, esa forma, confiscar ya formalmente y sin excusas, el dinero que cada trabajador tiene en su cuenta individual de ahorro para pensiones (CIAP).
Dicho plan se materializó por la emisión y aplicación de tres “nuevas” leyes, que son: la mal llamada Ley Integral del Sistema de Pensiones (que solo es una mala copia de la anterior ley de pensiones y que de integral no tiene nada); la Ley de creación del Instituto Salvadoreño de Pensiones (que sustituye al extinto Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos, INPEP, y ha sido la herramienta institucional para el expolio de los ahorros previsionales); y, la Ley especial para la emisión de certificados de obligaciones previsionales y disolución del Fideicomiso de obligaciones previsionales (que posibilitó la herramienta financiera para el despojo de los ahorros de los trabajadores).
Para apreciar LA ESTAFA MAESTRA que ha supuesto la reforma previsional, en perjuicio de los trabajadores, recordemos algunas de las justificaciones y promesas que quien usurpa la presidencia de la República hizo en un post -del 25 de noviembre de 2022- al anunciar la reforma:
- “Suben todas las pensiones”: ¡FALSO!
- “Esto incluye a los que ya están pensionados”: ¡FALSO!
- “Las AFP ganarán mucho menos”: ¡FALSO!
- “Ya no se debe devolver el 25% de anticipo”: ¡FALSO!
- “Más ahorro para el trabajador, pagado por los empresarios”: ¡FALSO!
- “Poco a poco se recuperarán los 10,000 millones de dólares sacados del sistema”: ¡FALSO!
- “Aumenta sustancialmente la rentabilidad, lo que permite una mayor pensión”: ¡FALSO!
- “Se le prohíbe a las instituciones públicas (incluido el gobierno) tomar dinero de las pensiones para financiarse”: ¡FALSO!
Juéla…el dictador dice tantas mentiras que es imposible desvirtuarlas todas en un breve espacio de opinión…sobre todo si consideramos que las patrañas que el usurpador divulgó fueron repetidas por ministros, diputados puyabotones y voceros del bukelato: toda una opinión sincronizada para justificar la confiscación de los ahorros previsionales de los trabajadores.
Veamos, entonces, por ahora, solo tres de esas grandes mentiras.
- NO ES CIERTO que las administradoras de fondos de pensiones (AFP) ganarían menos, sino que, al contrario, lo se hizo fue, a partir de 2023, casi duplicar el monto de la comisión real que percibían las AFP´s, lo que ha generado, en la realidad, que las utilidades acumuladas de las dos AFP´s que operan en el país pasen, según informaciones periodísticas, de US$35.44 millones durante el bienio 2021-2022, a US$68.9 millones en el bienio 2023-2024: aclaro que no se trata de demonizar a las AFP´s, pues estas son empresas con fines de lucro, que simplemente están cobrando la comisión que el gobierno aprobó.
- NO ES CIERTO que aumentaría sustancialmente la rentabilidad de los ahorros previsionales, simple y sencillamente porque el gobierno hizo un cambio de títulos de deuda y, así, respecto de los US$8,395.73 millones que los trabajadores le prestamos al gobierno entre 2006 a 2022 (es decir, en casi 17 años, incluyendo el lapso entre 2019 y 2022, que ya desgobernada el líder mesiánico que solo duerme dos horas), el gobierno decidió regalarse un período de gracia de al menos cuatro años, durante los cuales no pagará intereses ni abonará a capital por ese préstamo, así que los trabajadores estamos perdiendo ingresos de al menos US$500 millones por año.
- NO ES CIERTO que el gobierno ya no metería mano en los ahorros previsionales propiedad de los trabajadores, pues en lo poco más de dos años de vigencia de la reforma, según los escasos datos públicos del Banco Central de Reserva (BCR), a enero de 2025, con motivo de la reforma vigente a partir de enero de 2023, a través de los certificados de obligaciones previsionales (COP) el bukelato ha agarrado del fondo de pensiones, en apenas dos años y un mes, US$2,176.67 millones de dólares, es decir, se llevan en promedio US$87 millones cada mes.
Así que, en una visión holística sobre el real comportamiento del bukelato con relación a las pensiones, si consideramos todo el tiempo que el régimen autocrático ha desgobernado el país, desde junio de 2019 a enero de 2025, el bukelato le ha sacado al fondo de pensiones -dinero propiedad de los trabajadores-, ¡más de cuatro mil millones de dólares!
No extraña, entonces, que el FMI ha advertido que el sistema previsional entrará en grave crisis de iliquidez en 2027 y, por eso, ha exigido que el gobierno presente en febrero de 2026 una propuesta de reforma del sistema, basada en un estudio actuarial independiente, que implique límites al uso de los recursos del fondo de pensiones.
Rezo para que en El Salvador no sea el próximo país que sufra una crisis de pensiones como las padecidas, este siglo, por ejemplo, por Grecia y por Argentina.
Abogado constitucionalista.