El reconocido maestro de la escena Roberto Salomón ha hecho de su misma vida un drama ejemplar. Ha sembrado sueños y libretos en el teatro salvadoreño, durante su vida como destacado actor y director. Es el vivir la vida en el teatro o en el teatro de la vida. Donde a todos nos pone en escena el divino Autor para actuar nuestro papel y destino. En otras es la misma civilización y cultura la que nos hace actuar el drama de todos los días. Y a diario interpretamos la comedia del hombre y su tragedia escénica. También actuamos el mismo romance del “teatro de sombras chinas”, fascinando a las audiencias. En otras revelamos los rostros desconocidos de las “hipókritas” –máscaras griegas—o de los dioses del ocaso. Reconocido con el premio nacional de cultura, Roberto Salomón ha recibido el agradecimiento público por su valioso aporte a nuestras artes escénicas. Las mismas que -contra viento y corriente- siguen abriendo la escena del sueño y de la realidad. Actores de nosotros mismos tenemos que protagonizar nuestro ilusorio drama. Ya en el proscenio de la vida o en el del teatro, pues somos parte del divino elenco de actores. <Palabras Balaguer-Facebook>
La vida en el teatro o el teatro de la vida
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