En efecto, solamente el amor puede expulsar al odio, que es un sentimiento negro, malvado, infame, malévolo, destructivo, dañino, que afecta a nuestro espíritu y daña considerablemente el alma, estrujándola como un pedazo de papel sucio.
Y es que el amor es un sentimiento puro que tonifica nuestro corazón, haciéndolo palpitar gotitas de sublimidad y de purza.
Y es que amor no es más que dulzura, fineza, ternura, cariño, respeto, consideración, amabilidad, en el prístino sentido de la palabra.
Y si queremos, amor es sosiego, calma, belleza, pureza, terneza, cariño, amistad, ternura, simpatía, afecto, atracción, adoración, veneración, pasión, sensualidad, cortejo, flechazo, deleite.
Mientras que odio es todo lo contrario: es repugnancia, animadversión, enemistad, tirria, manía, execración, desamor, abominación, resentimiento, rencor, ira, rabia, desprecio, rabia, depreciación, desdén, desestima, inquina, vilipendio.
No odiemos, pues, a nadie, ni al mal amigo que nos ha traicionado, ni al que le hemos tendido la mano y en respuesta nos paga con erl desprecio.
Cabe aquí hacer mención del interesante libro “Amar sin descanso y obrar sin condición”, del padre Flavián Mucci, una obra que nos incita a amar en el prístino significado de la palabra, a amar a todo el mundo, a amarnos entrañablemente entre los unos y los otros, o como dijo Jesús de Nazareth; “Amaos entre los unos y los otros, como yo os he amado”.
Veamos ahora lo que famosos pensadores dijeron acerca de la palabra ‘amar’:
J. R. Gendra: “Amar es tener el Diablo en el cuerpo, y a Dios en el corazón”.
Racine: “No es el amor un fuego que se pueda ocultar en el alma; el que lo siente, lo descubre en su voz, en sus ojos y hasta en
su silencio”.
Edme-Pierre Beauchene: “Cuando se ama a una persona a pesar de sus defectos, se la ama quizá más que si no los tuviese”.
Madame Pompadour: “El amor es la pasión de las amas grandes y les hace merecer la gloria, cuando no les trastorna la cabeza”.
Y ahora veamos lo que dijo Santa Teresa de Jesuús en su bello poema “Te diré lo que es amor: “Cuando el amor está obrando/lo que tiene obligación: si flaquea/si se cansa…/no es amor/si desmaya/no es amor/ Cuando el amor está orando,/con amorosa atención:/sdi decae/si se entibia/si se inquieta…/no es amor/”. (El hermoso poema continúa y ocupa toda una página de un libro).
Y A. Risco en su sentido poemita de dos estrofas “Las madres” escribió: “Yo vi a una santa velar/Junto al lecho de un anciano,/Y ya puedo así jurar/Que nunca podré encontrar/Más amor en pecho humano”.
La razón
“Ningún loco está loco si no se conforma con su razón”. Gabriel García Márquez (1928-2014).
El Diccionario de la RAE define así la palabra ‘razón’: “1. Facultad de discurrir. 2Acto de discurrir el entendimiento. 3. Palabras o frases con que se expresa el discurso. Argumento o demostración que se aduce en apoyo de algo”.
Y razonar es “1. Discurrir ordenadamente ideas en la mente para llegar a una conclusión: ‘Antes de decidirte razona un poco’. 2. Hablar dando razones para probar algo: ‘No razonó nada de lo expresado’.3. Exponer, aducir las razones o documentos en que se apoyan dictámenes, cuentas, etc.”.
Gabriel García Márquez. Novelista y cuentista colombiano. Trabajó como periodista en Nueva York y la Habana, donde vivió la convulsión revolucionaria de 1959. En 1969 se instaló en Barcelona, y posteriormente en Cartagena de Indias y en Ciudad de México, entregado al periodismo y a la literatura tras haber sido traducido a todos los idiomas cultos del mundo y ganar el Premio Nóbel de Literatura en 1982. Su narrativa, culmina con “Cien años de soledad”, en 1967. Escribió numerosas obras literarias.
La razón es una facultad de los seres humanos para discernir argumentos, y nos sitúa en un plano superior al de los animales, que carecen, precisamente, de razón.
Razón es sinónimo de entendimiento, de discernimiento, de lógica, de claridad de pensamientos e ideas; es raciocinar, argumentar, exponer, aclarar, silogizar, explanar, probar, deducir, ponderar, recapacitar, derivar.
La alocución ‘perder la razón’ quiere decir enloquecer, enajenarse, perturbarse, deteriorarse mentalmente, entorpecerse, chalarse, trastornarse.
Famosos de la literatura, del cine, del deporte, de la música, de la pintura, de la enseñanza, se han quitado la vida a raíz de una perturbación mental que los martirizó.
Psicólogos y psiquiatras recomiendan que para no caer en estados depresivos y perder la razón, que el afectado practique ejercicios físicos y tenga pensamientos motivadores, como “Yo soy capaz”, “Me siento feliz”, “Soy dichoso”, “Soy competente” y otros que eleven su autoestima.
Estimados lectores: tratemos de conservar la salud siguiendo las indicaciones anteriores. Meditemos, reflexionemos, razonemos en que la vida es breve y debemos disfrutarla lo mejor posible. ¡Sí, señores!
(Libros recomendados: “Higiene mental”. Paul V. Lemkau. Fondo de Cultura Económico. México, D. F. 1972. “El éxito a través de una actitud mental positiva”. Napoleón Hill y W. Clement Stone, Herrero Hermanos, 30 de marzo de 1971. México, D. F. “La clave de la felicidad y la salud mental”. Marcelo I. Fayard. Publicaciones Interamericanas. EE. UU. 1950).