El “Diccionario esencial de la lengua española”, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua, define así la palabra ‘convivencia’: “Acción de convivir. Vivir en compañía de otro u otros”.
Y Santa Teresa de Jesús dijo: “Procurad acomodaos siempre al humor de las gentes con quienes tengáis ocasión de tratar; con los que son de un carácter alegre, tened alegría; participad de la tristeza de los que son tristes; en fin, prestaos enteramente a todos para ganarlos a todos”.
Convivencia, es pues, colaboración, consistencia, comprensión, tolerancia, concordia, trato, relación, avenencia.
Y es que si convivimos en paz, seremos alegres y felices. No importa que nuestro hogar sea un rancho de paja en medio de pinares y cipreses; o que vivamos en una vivienda humilde, lejos del mundanar ruido; o como los esposos longevos que viven en una vieja casona de lámina, a la orilla del camino real, y que comparten el mismo lecho en las noches estrelladas, con Luna de plata.
Lo importante no es el dinero, o vivir fastuosamente. Lo básico es quererse mutuamente, amarse, compartir las penas y las alegrías, ser fieles a los principios que se practican; en fin, lo elemental es vivir en paz con uno mismo y con quienes nos rodean.
Veamos un admirable caso de convivencia. Es el ejemplo de los esposos Coto Joachín, que recientemente celebraron sus 100 y 98 años de vida sana y su 74 aniversario de matrimonio.
Es el armonioso convivio, durante 74 años, de don Eusebio Antonio Coto y su esposa Andrea Orbelina Joachín, quienes el domingo 5 de marzo celebraron sus cumpleaños 100 y 98, respectivamente, en el cantón Palo Grande, jurisdicción de Suchitoto. La descendencia de esta pareja se ha extendido a 8 hijos, y ahora tienen 18 nietos y 20 biznietos.
El poeta, escritor y abogado David Escobar Galindo, con respecto a la convivencia, dice que “Saber convivir no es una condición mecánica, sino un aprendizaje que hay que ir actualizando cada día, en función de las circunstancias imperantes. No hay dos seres humanos que sientan y piensen igual, y ese debería ser el argumento determinante de la búsqueda de armonía en todo ambiente. Sin armonía no hay avance, y sin avance no hay paz. Trabajemos sin tregua en función de eso. El aliento comunitario está dentro de nosotros. Cultivémoslo para que florezca”.
Maestro, sicólogo, gramático.