Cuando salgas de noche al secreto mundo del traspatio, busca al este de la vida, aquella estrella que -distante y esplendorosa- se incendia en el atardecer. Es el sueño nuestro; tu sueño, mi sueño o de algún corazón que ama, en algún lugar del mundo. Desde niño siempre busqué aquel solo, alumbrado y despoblado refugio. Sus silenciosas e imaginarias ciudades y selvas de luz, me envolvían amorosamente en sus brazos de neblina y resplandores. Así, el traspatio y su jardín siempre fueron míos. Mi secreto territorio; mi zona sagrada. Un pequeño y a la vez inmenso territorio de paz, alegría y espiritualidad. Aunque para otros el lugar sólo tuviera un frío y lejano silencio. Hoy -al igual que en la inocencia- entro al inmenso paraíso de mi soledad- como lo hacía ayer: sin llaves, permisos ni salvoconductos. Como a un lugar sagrado donde encuentro las idílicas dimensiones que siempre buscó mi alma emigrante. Desde entonces, en el desconocido en aquel reino han ocurrido muchas cosas... invisibles, secretas y maravillosas. Querido lector: busca por igual ese santuario al este de la vida y de tu ser. Allá te espera tu ángel interior .