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La fe, el amor y la paz del santo mulato Fray Martín

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Por Carlos Balaguer |

“Donde hay fe hay amor. Donde hay amor hay paz. Donde hay paz está Dios. Y donde está Dios no falta nada", predicaba Juan Martín de Porres Velázquez (San Martín), un fraile nacido durante el virreinato del Perú. Perteneciente a la orden de los dominicos, fue el primer santo mulato de América. Se dice que en su apostolado de amor, devoción y caridad, se manifestó en su persona el fenómeno místico de la “bilocación”. Ésta consiste en la presencia simultánea de un beato en dos lugares diferentes, como un acto de obediencia divina para llevar el bien o la sanación a los necesitados. Este don divino lo tuvieron además San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santa Ludwina, San Juan Bosco… Independiente al culto, credo o religión de cada quien, el axioma del santo mulato nos plantea el milagro existencial de la fe: Fe en la vida, en ti mismo y -sobre todas las cosas- en una divinidad de luz -ya en el concepto cuántico universal o religioso- que mueve los hilos de nuestra existencia. Por tanto si hay fe, habrá amor; si hay amor, habrá paz en tu interior; y si hay paz en tu alma allí estará el Gran Espíritu que crea y ordena la magia cósmica de la vida.

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Cristianismo Filosofía Opinión

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