“Daltonismo” es la deficiencia visual de la percepción y distinción de los colores del espectro cromático. Las personas que la sufren sólo pueden ver en blanco y negro o en tonalidades grises. En otras palabras ¡Dejan de ver el color de la vida! El riesgo que corren -entre otros- es no poder distinguir los colores de un semáforo vial. Ante el drama existencial de nuestro tiempo nos preguntamos si estamos ante el daltonismo moral de nuestra actual civilización. La luz nos traspasa como a cristales o prismas humanos para convertirse en los siete colores del arcoíris. Más a veces sólo los ojos perciben los colores de la vida y no nuestro espíritu, desdeñado prisma en la luz. El término “Daltonismo” proviene de Dalton- químico y naturalista inglés- quien dio el fundamento de la teoría atómica mediante la llamada “Ley de Dalton” o de las “proporciones múltiples.” Estudió además la perversión del sentido de los colores (que él mismo padecía) el cual se denomina desde entonces como “daltonismo”. Enfermedad visual que nos impide distinguir ciertos tonos cromáticos, quedando -como el gato- viendo en blanco y negro. Y eso mismo ocurre con toda la humanidad: “ventanas” por donde Dios contempla el universo. Sucias de oscuras pasiones -dentro de un aturdidor daltonismo- no podemos ver el color de la existencia y las maravillas del Universo. Entonces ser libre, ser feliz, implica tener limpios los cristales de nuestro cristal interior.
¿Ve los colores de la vida el daltonismo moral de la civilización?
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