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“Janos”, el de los dos rostros, mirando al ayer y al mañana

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Por Carlos Balaguer | Ene 29, 2025- 19:08

“Los que han olvidado el pasado, condenados están a repetirlo” dice el sabio axioma. Para tener un buen porvenir hay que mirar al pasado y aprender de sus aciertos y fracasos. Jano (Ianus en latín) era un dios romano que representaba los comienzos, puertas y finales. Era la divinidad protectora de la nación. Enero -“Januarius” en latín,“January”, en inglés- debe a él su nombre. Sus dos caras (Jano Bifronte) le permitían ver simultáneamente hacia adelante y hacia atrás para de esa manera vigilar el pasado y el porvenir. Por ello está entre el final e inicio del año. Tiempo de reflexionar, corregir, enmendar y evolucionar. O -en el mejor de los casos- iniciar una nueva vida o etapa, aunque el protagonista interior -o quienes le rodeen- sean los mismos: el mismo mundo y constelación. Lo único que habrá cambiado será el transcurso temporal: la visión futura del dios de dos caras. Misma que será un nuevo presente, atisbando -como el Janos Bifronte- tanto al mañana como lo que queda atrás. En verdad sólo existe el “Hoy” inmanente que -por la ley de transmutación- cambia en los seres, en Natura y la Historia. De aquel que fuimos sólo queda un recuerdo; del que somos, un espejismo y del que seremos, una ilusión, una promesa de la divinidad cuántica.

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