Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Donald Trump|Miss Universo|Diáspora salvadoreña|Pensiones|Torneo Apertura 2024

Nosotros y el cinismo resignado (parte 2)

En la cultura, el cinismo se manifiesta en una proliferación de discursos críticos que, aunque denuncian las injusticias y contradicciones del sistema, no logran ofrecer soluciones o alternativas viables. Las instituciones culturales, como los medios de comunicación, a menudo perpetúan esta lógica cínica al ofrecer entretenimiento que distrae o trivializa las cuestiones serias, fomentando una apatía generalizada entre la población.

Por Mirella Schoenenberg de Wollants
Nutrióloga y abogada

Continuado con el pensamiento de Peter Sloterdijk, quien argumenta que el cinismo se ha convertido en una actitud dominante en la vida contemporánea, afectando no solo a las élites políticas y económicas, sino también a la vida cotidiana. Los individuos participan en sistemas que saben son injustos o corruptos, pero lo hacen con una especie de ironía o escepticismo que les permite racionalizar su complicidad. En su análisis, la razón cínica funciona como un mecanismo psicológico que permite a los individuos sobrevivir en un mundo que ya no ofrece certezas ni ideales trascendentes, pero también los ata a una forma de vida que les impide actuar contra esas estructuras.

Sloterdijk aplica su crítica del cinismo a diversos ámbitos de la vida moderna, incluyendo la política, la cultura y la economía. En el ámbito político, ve el cinismo como una estrategia de los gobiernos y las élites para perpetuar su poder. Los líderes políticos, según Sloterdijk, a menudo adoptan una postura cínica cuando reconocen los problemas sistémicos pero no toman medidas sustanciales para resolverlos, manteniendo el status quo mientras ofrecen retórica vacía o promesas superficiales.

En la cultura, el cinismo se manifiesta en una proliferación de discursos críticos que, aunque denuncian las injusticias y contradicciones del sistema, no logran ofrecer soluciones o alternativas viables. Las instituciones culturales, como los medios de comunicación, a menudo perpetúan esta lógica cínica al ofrecer entretenimiento que distrae o trivializa las cuestiones serias, fomentando una apatía generalizada entre la población.

Sloterdijk también aborda la relación entre el cinismo y el capitalismo tardío. Según él, el capitalismo contemporáneo es profundamente cínico porque, aunque es consciente de las crisis que genera —como la desigualdad, la explotación o la degradación ambiental—, sigue funcionando bajo la premisa de que "no hay alternativa" (como popularizó la frase de Margaret Thatcher). Los actores del mercado, tanto empresarios como consumidores, son conscientes de los efectos destructivos del capitalismo, pero continúan participando en él debido a la falta de alternativas tangibles o viables.

Sloterdijk sostiene que el cinismo moderno tiene consecuencias profundas para la psicología y la vida social. El cinismo crea una distancia emocional entre el individuo y el mundo, lo que puede llevar a la apatía, la alienación y el nihilismo. En lugar de comprometerse activamente con los problemas del mundo, el individuo cínico adopta una postura de espectador irónico, observando el espectáculo de la vida sin involucrarse realmente. Esta actitud, aunque puede proporcionar una forma de autoprotección frente a las tensiones y contradicciones de la vida moderna, también lleva a un profundo sentido de desesperanza y falta de propósito.

Además, el cinismo tiende a disolver las formas tradicionales de solidaridad social. En un mundo donde todos son cínicos, las personas tienden a desconfiar unas de otras, lo que erosiona la posibilidad de formar vínculos significativos o proyectos colectivos. En lugar de luchar por el cambio, los individuos cínicos tienden a aceptar el mundo tal como es, lo que refuerza las estructuras de poder existentes y perpetúa las desigualdades.

"Crítica de la razón cínica" es una obra central para entender la cultura contemporánea, especialmente en su análisis de la razón cínica como una actitud que combina conocimiento crítico con resignación. Sloterdijk muestra cómo el cinismo se ha convertido en la forma dominante de pensar y actuar en la modernidad, erosionando la capacidad de las personas para imaginar y luchar por un mundo mejor. Sin embargo, también señala que hay alternativas, como el kynismo, que nos invita a resistir de manera activa y creativa las estructuras opresivas y a redescubrir el potencial subversivo del pensamiento y la acción humana.

Sloterdijk ofrece una contrapropuesta al cinismo moderno a través del "kynismo", inspirado en el cinismo de la antigua Grecia, representado por figuras como Diógenes de Sinope. A diferencia del cinismo moderno, que es pasivo y resignado, el kynismo es una forma activa de resistencia. Los cínicos antiguos desafiaban las normas sociales y políticas mediante comportamientos provocativos y actos irreverentes, usando su propio cuerpo como una herramienta de crítica. Es una forma de vida que no solo critica, sino que también ofrece un desafío directo a las estructuras opresivas. A través del kynismo, se cuestionan los valores de la civilización desde el cuerpo, el comportamiento y el lenguaje, revelando las contradicciones y los absurdos de la vida moderna de manera más radical que la crítica teórica. Esta tesis nos obliga a todos a un auto análisis ¡Hasta la próxima!

Médica, Nutrióloga y Diplomada en Neurociencias

mirellawollants2014@gmail.com

KEYWORDS

Filosofía Opinión

Patrocinado por Taboola

Inicio de sesión

Inicia sesión con tus redes sociales o ingresa tu correo electrónico.

Iniciar sesión

Hola,

Bienvenido a elsalvador.com, nos alegra que estés de nuevo vistándonos

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad