“Si matas a un ser humano, destruyes un universo” -concluye la ciencia esotérica; lo sugiere la mecánica cuántica y lo condena la fe creacionista. “El Universo es mente y la mente Universo” -afirma por su parte la milenaria sabiduría hermética. Ello por ser una de ellas Creadora y la otra creativa. Por tanto -según estos preceptos- concluimos que salvar la vida de un ser humano es salvar un universo. Entre los siete principios universales del sabio egipcio Hermes Trismegistro (“El tres veces grande”) descritos en su obra “El Kybalión” destaca la ley del “Mentalismo”. Esta afirma que el Universo es Mente creadora del Cosmos y, en consecuencia, de todo lo existente. Según la tradición y esoterismo de la doctrina secreta, este iniciado de los misterios fue hijo de Zeus (divinidad del cielo y del trueno) y de Maya, una de las Pléyades. Se cree que Hermes nació en el monte Cilene en Arcadia, mientras otra tradición ubica su nacimiento en el Monte Olimpo. En conclusión -ya dentro del precepto mitológico o de la divinidad Creacionista- la Humanidad y actual civilización moderna, deben alzar los ojos al Universo y luego ver hacia el fondo de su ser para vislumbrar el sagrado, intocable y maravilloso milagro de la vida.
El universo es mente, y la mente, universo
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