Louis Daniel Armstrong -memorable trompetista y cantante estadounidense de jazz- relata en sus cantares una alumbrada visión de vida, asombro, fe, maravilla y esperanza, luego de vencer las adversidades de su vida y coronar su triunfo. Ejemplo para la actual Humanidad, ante la visión de la Creación y su milagro. Conocido además como “Satchmo” o “Pops”, surgió con su carisma como una de las figuras innovadoras de la historia del jazz, destacándose en su época como su más popular intérprete. Leamos algunas estrofas de su revelador relato “What a Wonderful World” (“¡Qué Mundo Maravilloso!”): “Veo árboles tan verdes… También rosas rojas que florecen para mí y para ti… Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso...! Veo cielos tan azules y nubes de blancura… Los días benditamente brillantes; las noches sagradamente oscuras… Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso! Veo los bellos colores del arco iris en el cielo y en los rostros de personas que pasan… Veo amigos dándose la mano, diciendo: ¿Cómo estás? En realidad, están diciendo ¡Te quiero!... Escucho bebés llorar y luego les veo crecer. Van a aprender mucho más. Nunca lo sabré… Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso!”
Louis Armstrong: “¡Qué mundo maravilloso!”
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