Facundo Cabral, cantautor argentino, dijo a la vida: “El diablo fue al mar/ a escribir la historia del mundo/ pero no había agua./ Dios la había bebido./ Juan Comodoro/ buscando agua/ encontró petróleo./ Pero se murió de sed.” Felizmente Guatemala anunció el sábado 15 de junio 2024, la decisión de no otorgar la licencia ambiental a la empresa canadiense Bluestone Resources Inc., de operar a cielo abierto la mina de oro “Cerro Blanco.” Misma que envenenaría el Río Lempa de aguas internacionales (Chiapas, Guatemala, Honduras y El Salvador). Siendo la mayor fuente acuífera, agrícola e hidroeléctrica de nuestro país, es vital para nuestra vida animal, vegetal y humana. Gracias a la loable gestión del presidente guatemalteco Bernardo Arévalo la salvación del río está en camino. Como ya dijimos, el majestuoso Lempa cubre aguas internacionales, pues nace entre las montañas volcánicas de las mesetas centrales de Chiapas, Chiquimula, Guatemala, e ingresa a El Salvador y Honduras por el lago Güija (en peligro de la vida acuática) y luego al noreste de Chalatenango para después desembocar en las planicies del Océano Pacífico. Detener los mortales desechos tóxicos de la referida Mina (cianuro, arsénico, mercurio) es una soberana y humanista decisión de nuestra hermana nación, a la que deben unirse nuestras entidades ambientalistas. ¡Gracias Guatemala por salvar nuestro Lempa!
¡Gracias, Guatemala, por salvar nuestro Lempa!
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