Al parecer el genocidio Nazi del siglo pasado engendró al holocausto del siglo XXI en Medio Oriente. Como las pandillas urbanas o los genocidas cárteles de la droga, los imperios de la infrahumana especie del “Hombre de la Guerra” escriben con sangre la gloria perdida de sus guerras. Precisamente donde finalmente no hay vencidos ni vencedores, sino sombras humanas, cuerpos sin vida ni dolor, bajo escombros y cenizas de la Historia.
“De Casi Seres Humanos” titula uno de sus libros nuestro noble escritor Renán Alcides Orellana. Porque -como civilización- apenas llegamos a esa denominación. En pleno “Antropoceno” (edad de los “civilizados” humanos en la historia natural) dos “sub especies” se disputan feroz y mortalmente el suelo, el poder, las riquezas y la vida en nuestro planeta: La Humana y la Inhumana. Ambas en plena y actual tragedia climática, causada por la agresión del mismo “casi ser humano” de la era industrial, intoxicando el aire, los ríos y los mares. Esto, junto a la depredación de la naturaleza y biodiversidad, en pos de las riquezas del subsuelo. En su insaciable ambición, el hombre moderno pone en peligro a su misma especie y demás formas de vida en la biosfera. Su macabra industria de guerra enriquece las arcas del infierno y de sus amos. Al medio de esta tragedia global se lleva a cabo el Holocausto de la paz que pone en peligro nuestro mismo futuro como especie y civilización.